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Según la revista World Soccer, el Real Madrid tiene el presupuesto más alto de todos los clubes de fútbol del mundo, superior en un 20% al del Manchester United, que hasta ahora estaba considerado como el club más rico, mejor gestionado y con mayores ingresos por nuevos conceptos comerciales. Cuando el Madrid ficha a Beckham no sólo se lleva la estrella de su gran rival deportivo sino que manda un mensaje de solvencia al mundo financiero, a las marcas deportivas, a las empresas de intermediación y a todo lo que signifique dinero. Cuando Ferguson dice que no se puede competir con la voracidad compradora del Madrid y que su gasto en los últimos grandes fichajes ha sido de unos 75 millones de euros por los 245 del Madrid, reconoce aparentemente su inferioridad financiera pero envía a esos mismos sectores que financian el fútbol otro mensaje sibilino: el Madrid está gastando demasiado. ¿Pero cuánto es “demasiado”? Un empresario ortodoxo, por ejemplo Florentino Pérez de ACS, diría que gastar un euro más de lo que se ingresa es demasiado. Pero el presidente del Real Madrid diría que está de acuerdo con Florentino y que, por supuesto, no está gastando lo que no tiene, sino invirtiendo responsablemente en el futuro. ¿Cuál es la verdad?

El informe de Dinero
En Septiembre de 2003, coincidiendo con el inicio de la “Liga de Beckham”, la revista “Dinero” concedió los honores de portada a un amplio informe sobre las cuentas del “Real Madrid of Spain”, concebido como lo que es: una empresa española de proyección internacional que explora nuevos mercados y ha puesto en marcha un concepto del fútbol-espectáculo mucho más agresivo de lo conocido hasta ahora. Pese al esfuerzo sintetizador de Fernando Barciela, los cuadros de ingresos y gastos no aclaran demasiado. Es tan enorme la magnitud de los ingresos del Club por la venta de los terrenos de la Ciudad Deportiva y tan grandes los gastos de cancelación de la deuda, amortización de grandes fichajes, construcción de la nueva Ciudad Deportiva, remodelación del estadio Santiago Bernabéu y expansión internacional del club a modo de franquicia que sólo un iluso podría creer que las cuentas están claras, en un sentido o en otro. Sólo podemos proceder por deducción y aproximación.

La fuente principal que maneja Dinero es “Contabilidad y Auditoría en el Deporte”, de José Antonio Gay, quizás el máximo experto en la materia, al menos en España, y que es el primero que se cura en salud advirtiendo de que la opacidad es lo habitual en las cuentas del fútbol y que el Madrid no es una excepción a esa regla. Bien es cierto que su volumen hace más difícil el camuflaje de los gastos y que Florentino ha tenido a gala presentar unos balances anuales suficientemente aseados y profesionales como para no levantar sospechas o espantar padrinos, patrocinadores y futuros socios. Por citar los dos últimos años, 2001 y 2002 al 30 de Junio (que son los de la entronización del Madrid “galáctico” con la conquista de la Novena copa de Europa en Glasgow), los ingresos de explotación, en millones de euros, fueron de 137,90 y 152,18, mientras los gastos de explotación ascendían a 224,44 y 471,35. Las cuentas de explotación deportiva en 2002 elevaban los ingresos deportivos a 94,68 millones de euros y a 30,89 los que se debían directamente a socios y abonados, mientras que los gastos de personal y jugadores ascendían a 137,24 millones, las amortizaciones de jugadores a 282,95 y otros gastos a 50,8 millones de euros. Siempre según Gay, citado por Dinero, los ingresos totales de la temporada 2001-2002 ascendieron a 532,51, de ellos 376, 51 en concepto de ingresos extraordinarios, mientras en la 2002-2003 bajaron a 293,44, bien que los ingresos extraordinarios fueron menores, 116´0 millones. Los gastos ascendieron, respectivamente, a 521,05 millones en 2001-2002 y a 212´88 en 2002-2003. Aparentemente, de un año a otro, se ha pasado del ligero déficit al claro superávit.

Sin embargo, la complejidad de las cuentas en una empresa de esta envergadura y el carácter a largo plazo tanto de los gastos (sobre todo en las “estrellas”) como de los ingresos e inversiones en infraestructura deportiva no nos permiten los suficientes elementos de juicio como para decir que Florentino es una mezcla de Midas y Tío Gilito o el avalista de las cuentas de la Lechera. Quizás lo único que puede acercarnos a ver lo que el Madrid tiene de diferente es comparar su presupuesto por temporada con el de los demás clubes de la Primera División española. Con respecto a su gran rival, el Barcelona, el presupuesto del Madrid en la temporada 2001-2002 fue de 200,5 millones y en la 2002-2003 de 293, por 154 y 170,7 del Barça. El Valencia presupuestó 72,3 y 90; el Deportivo de la Coruña, 57 y 75; la Real Sociedad, justo en mitad de la tabla de gastos, 31 y 36; y el más modesto, el Recreativo de Huelva, 3’3 millones en Segunda División, cuando ascendió a Primera, y 18 en la siguiente, cuando descendió. Esa es la auténtica magnitud del Madrid: lo que lo separa de los demás clubes de fútbol españoles y de casi todos los extranjeros (Manchester, Chelsea, Juve o Milán se acercan más a sus cifras, pero sin alcanzarlas).

Los ingresos que nunca pudo soñar Bernabéu
Esa diferencia presupuestaria corresponde a las diferencias en su financiación, al capítulo de ingresos que otros clubes no han sabido, querido o podido alcanzar. En ese sentido, el informe de “Dinero” es particularmente valioso, porque al margen de los ingresos de taquilla y por derechos de retransmisión televisiva, comunes a todos los clubes, señala los siguientes:
– Contrato con ASD (Asia Sports Development) por un mínimo de 22 y un máximo de 40 millones de euros por gestionar partidos amistosos en Asia, imagen y publicidad del club y creación de escuelas de fútbol, la primera en Shanghai.
– Por los cuatro partidos amistosos en la gira asiática de presentación de Beckham, cobró 8 millones de euros.
– Acuerdo con Pegaso México similar al de ASD para crear otra escuela de fútbol y gestionar imagen del club: 6 millones. Previsión de tiendas por el sistema de franquicia con el nombre Área Real Madrid.
– Titulización o venta del 15 % de los derechos de marketing a Caja Madrid (sin cifra).
– Asunción de la mitad de los derechos de imagen de las “estrellas” fichadas, previa recompra de todos los derechos de explotación de imagen por 36 millones (sin cifra).
– Palcos: los recompró por 16 millones, pero en 2001 ganó 1,5 millones y 9 en 2002, previéndose un aumento espectacular con la remodelación del Bernabéu.
– Patrocinio de Siemens IC Mobile: 12 millones anuales por tres temporadas.
– Otros patrocinios: Adidas, Pepsi, Mahou, Rexona, Electrolux, Viceroy: 20 millones.
– Camisetas: es el símbolo de los nuevos ingresos atípicos y Dinero no ofrece cifras globales. Sin embargo, cuenta que a a 78 euros la camiseta, vendió en un solo día camisetas con el número 23 de Beckham por valor de 625.000 euros. Calcula que llegará en la temporada al millón de camisetas. Ronaldo, Raúl, Zidane, Roberto Carlos, Figo y Casillas eran, hasta Beckham, los jugadores más comerciales. Sólo Figo, en los cuatro años que lleva en el club, ha vendido 300.000 camisetas.
Hay muchos más objetos de mercadeo, algunos tradicionales (llaveros, bolígrafos, insignias, bufandas, mecheros) y otros nuevos (jarras, muñecos, juguetes, teléfonos), pero la lista se haría interminable.

Sin embargo, lo que arroja este vistazo a las cuentas del Real Madrid es que las partidas con que cuenta o piensa contar Florentino no pudo ni soñarlas Bernabéu. Muchas, no las podrá alcanzar nunca ningún club de fútbol del mundo. Esta es la ventaja que les lleva ya a todos el Real Madrid. Pero otros sí pueden hacerlo. El mercado es abierto y está naciendo. Todos pueden aspirar a lo mismo y tal vez conseguirlo. Dependerá de dos cosas: la suerte deportiva del club y la evolución del fútbol como fenómeno global. Ambas merecen capítulo aparte.

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