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Federico Jiménez Losantos

A Pável Iglesias se le despueblan las fotografías

La intimidad de Monedero con Superpablo ha durado el tiempo en que a Superpablo le ha incomodado esa intimidad.

La intimidad de Monedero con Superpablo ha durado el tiempo en que a Superpablo le ha incomodado esa intimidad.

Lumière inventó el cine, pero los bolcheviques inventaron el apagón. Niépce inventó la fotografía, pero Stalin hizo desaparecer a los personajes fotografiados, primero en imagen y luego en carne y hueso. A Trotski lo hizo desaparecer de la foto en la que está al pie de la tribuna de Lenin, y luego, por asegurar, lo hizo desaparecer del mundo de los vivos mandando a Ramón Mercader que le clavara un piolet en la sesera. A Stalin le desaparecían de la foto incluso sus verdugos favoritos, como Yézhov, jefe de la NKVD y responsable técnico del "Gran terror" de los años 30 historiado por Conquest.

Discurso de Lenin de 1917. En la foto de la izquierda, Trotsky aparece a los pies de la tribuna. En la fotografía de la derecha, no.

Hay una foto extraordinaria en la que Yézhov pasea junto al río con Stalin y, de pronto, adiós, Yézhov. El río sigue pasando pero el predecesor de Beria ya no está, víctima de su propio aparato de desapariciones gráficas. Como de los primeros bolcheviques no quedó casi nadie, el servicio de limpieza de fotos y biografías de la Enciclopedia Soviética trabajaba en plan Stajánov. Y aunque no haya pruebas, seguro que entre ellos también se depuraron y se borraron.

Yézhov pasea junto a Stalin en la inauguración de un canal. El régimen soviético logró borrar a Yézhov de la fotografía

El grupo fundador de Podemos, escolanía de comunistas de cátedra y chequistas de vocación encabezado por Iglesias, Monedero y Errejón, sin olvidar a la "Primera Dama" (así se autodenominaba ella) Tania Sánchez, está sufriendo –o disfrutando, desde el punto de vista de los supervivientes- el mismo proceso del grupo primitivo del POSDR (b), el futuro PCUS de Lenin, Trotski, Bujarin, Kámenev, Zinóviev y, en segundo plano, Stalin; con Nadezhda Krúpskaia ostentando el papel de Primera Dama Roja aunque hacía años que todos sabían que el gran amor de Lenin era Inessa Armand.

La hipocresía soviética ocultó a la amante aunque, por suerte para ambas, Stalin dejó que la rusa y la judía siguieran viviendo. De los demás, no dejó ni los huecos de las fotografías, que se despoblaban según él iba incrementando su poder. Unos eran sustituidos por maderas, tapias o muros de piedra; otros, por árboles y frondosidades raras; otros, por sombras; otros, sencillamente, por nada; desaparecían en una grisalla imprecisa, fosa gráfica de la memoria. Aunque se pretendía una ciencia, el Materialismo Histórico hizo desaparecer sus materiales. La URSS era un gigantesco yacimiento arqueológico en el que, por arte de magia, alguien había hecho desaparecer todos los fósiles. Pero el público miraba, como si pudiera ver.

Tania Sánchez fue la primera

A Pável Iglesias, el Leninín de la Complu, también se le empiezan a despoblar las fotografías. Por de pronto, el héroe ha prescindido de la heroína. En vez de Inessa Armand parece disfrutar de la amorosa compañía de la que llama "Mamá Pato", la bella portuguesa Marisa Marías. Pero una eurócrata añeja no es lo mismo que la heredera de una dinastía comunista en Rivas-Vaciamadrid. Tania era una Krúpskaia suburbial, con "una mala leche innegociable", pero del género entrañable. Fue posar en el Vanity Fair, Yo, Dona y otras cuatricomías, y adiós, amor, que tengo un juicio. ¿Se les rompió el amor de tanto fotografiarlo o se separaron para que al inmaculado líder no le alcanzaran las esquirlas de la corrupción de Rivas, por la que Tania y los Tanios van a tener que responder próximamente?

Pregunta absurda. Si hay que sacrificar algo o alguien, se sacrifica. No hay voluptuosidad mayor en un comunista fetén que sacrificar a los más cercanos, como hizo Fidel Castro con el Che. En el año y medio que estuvo encerrado en Cuba –tras su fracasada aventura africana y su garbeo por la Europa del Este- hasta que lo mandó a morir a los Andes, ni al Che se le ocurrió que Fidel era demasiado cruel, ni a Fidel que debía ser más tierno. Y no es muy distinto el caso de Monedero, cuya intimidad con Superpablo ha durado el tiempo en que a Superpablo le ha incomodado esa intimidad.

Las "agallas" de Pável

Monedero es un perfecto ejemplar de cursi totalitario, de machito baboso típico del gorilato venezolano. Pablo Iglesias definió, junto a Willy Toledo, a Hugo Chávez como "un demócrata con agallas", demostrando, como de forma retorcida pero oportuna ha escrito Antonio Elorza en El País su inclinación por la violencia. Monedero era el cajero del violento y para que Pável pueda seguir presumiendo de ser como Lenin, que utilizó el tren blindado de Alemania para sabotear la Rusia zarista, como ha hecho para justificar, "con agallas", que cobra de Irán, ha sacrificado al tesorero.

Hace unos días le preguntaron si cobraba de Venezuela y respondió: "Yo no he cobrado". Y el "yo" mayúsculo era la guillotina del que sí ha cobrado. Monedero se ha ido porque lo echaban. Por eso, ni uno solo de los líderes de Podemos se ha ido con él. Los que no entienden el comunismo, o sea, el marxismo-leninismo, lo encontrarán sorprendente. No lo es. El fin justifica los medios, y siendo el Poder el fin, sacrificar a Monedero es el menor de los sacrificios. Es lo que hubiera hecho Monedero con Pável, de tener ocasión. O Trotski con Stalin. Cambian los personajes, pero el guión no cambia. Las fotografías comunistas siempre acaban despoblándose.

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