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Federico Jiménez Losantos

Aznar: buen libro y mala presentación

Puesto que al hablar de un libro, si libro hay, debe uno referirse a él, empezaré diciendo que el libro de Aznar es muy interesante. Está escrito antes de la catástrofe humana y política del 11-M, pero tal vez por ello mismo sus opiniones, sus ideas y, sobre todo, sus creencias acerca de España y de sus ocho años de Gobierno están expresadas de forma oral y testamentaria, con serenidad y contundencia. El trabajo de José María Marco para ordenar el texto grabado por Aznar ha sido realmente extraordinario porque ha sabido dejar que hable el presidente del Gobierno –lo era al grabar sus reflexiones- sin faltar el respeto a la gramática y a las exigencias elementales de claridad y sencillez de la lengua española. Es Aznar de cuerpo entero el que "leemos hablar" y eso es dificilísimo de lograr. Por cierto, que salvo por causas de fuerza mayor o algún tipo de problema personal no se entiende que Marco no participara en la presentación. Después de Aznar, e incluso antes, era quien más tenía que contar del libro. La editorial sabrá por qué.
 
Jon Juaristi nos explicó la relación del autor del libro con él, lo cual seguramente será de cierta importancia en la biografía del ensayista vasco, pero resulta muy poco relevante en lo que respecta al libro, del que apenas habló y del que no dijo nada particularmente agudo. En cuanto a Aznar, pues eso, muy afortunado de haber encontrado a Juaristi. No sabemos si envidiarle o compadecerle. En su política de personal, evitaremos imitarle.
 
El editor, José Manuel Lara, presumió de su escritor, que a su vez se mostró complacido con Planeta, lo cual nos permite suponer que ha firmado varias obras con el sello de Barcelona. Lara se proclamó amigo del ex-presidente "ahora más que nunca", como Juaristi, lo que nos permite albergar esperanzas de que Antena 3 y Onda Cero sigan adelante y den pruebas ideológicas y políticas de tan honda afinidad, que supongo va mucho más allá de lo personal. No estuvo mal el editor, sobre todo cuando al final puso a firmar al autor. Ahora bien: si la organización del acto adelanta la forma de tratar a los autores principales de la derecha que piensa aplicar Planeta en el futuro, temo que todos emigrarán a Plaza y Janés. Ni el sitio ni la organización pudieron estar peor escogidos, ser más desapacibles y resultar menos amables con las muchísimas personas que querían testimoniar su afecto y apoyo a Aznar. Y al PP. Y a Rajoy. ¡Ah, la derecha! Como en tiempos del Cid: “¡Qué buen vasallo si oviera buen señor!”. Pero, ojo, cuando lo tiene y lo pierde, hay que ver cómo lo aprecia. Si además lo lee, mejor que mejor.

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