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Federico Jiménez Losantos

Bueno para Marte, Plutón ¿y Galicia?

Zapatero ha dejado muy atrás el doble lenguaje del nacionalismo vasco o el triple y bífido del nacionalismo catalán. El presunto líder del PSOE ha inventado el discurso a diecisiete bandas, con estereofonía y cacofonía, a elegir. En cada autonomía dice una cosa, nunca igual o parecida a la que dice en la comunidad anterior o en la siguiente. Total, que en su discurso la "asimetría" o desigualdad de forma y fondo que Maragall predica para el federalismo –simétrico por definición, hasta que lo redefinió la teoría maragalliana– se ha convertido ya en un hecho oratorio, ideológico y político. En Extremadura defiende lo que defienda Ibarra, en Cataluña lo que defienda Maragall, en Aragón lo que defienda Iglesias, en Baleares lo que defienda Antich y en Andalucía lo que diga Chaves, o sea, González. Sólo en el País Vasco no está claro lo que defiende, tal vez porque Blanco (Pepiño) es hombre de tinieblas. Pero como siga disimulando o desayudando a los vascos, Zapatero puede quedarse a dos velas tras dejar a oscuras al heroico PSE. Porque Redondo no caería solo.

Pero su insulso y sin embargo pavoroso discurso barcelonés, suscribiendo todos los topicazos progres de los setenta que siguen siendo los nacionalistas de hoy, permite entrever con relativa claridad que Zapatero ha decidido dejarse llevar por los poderes fácticos del partido en lugar de tratar de imponer una línea política homogénea nacional. Difícilmente va a unificar el partido quien quiere trocear España por parcelas. Difícilmente cuando se dice una mamarrachada como ésa de que la cuadratura del círculo o federalismo asimétrico maragalliano es buena para Cataluña, España, Europa y el mundo, se va a proponer a la ciudadanía un discurso de coherencia y responsabilidad nacional. Bueno para Marte, Júpiter, Plutón y el universo en general, podría haber añadido Zapatero, redondeando el dislate y la horterada.

Pero aparte de Urano y Venus, el planeta que más cerca queda de la asimetría nacionalista de Maragall-Zapatero es Galicia. El federalismo asimétrico, que no es sino el desmantelamiento de España en taifas a gusto de los nacionalistas, tiene en los comicios gallegos su prueba de fuego. La alianza de separatistas confesos o disimulados y el PSOE de Zapatero puede dibujarse allí no sólo como alternativa a Fraga sino como proyecto para llegar a La Moncloa defenestrando al PP. Si la "ideíca" de Maragall se asume con ese entusiasmo banal que acostumbra a exhibir Zapatero, está claro que el plan del "Triángulo de las Bermudas" (González & Arzallus & Polanco) para desestabilizar el sistema político y poder echar de La Moncloa al PP va a tener en el presunto candidato socialista a la Presidencia del Gobierno su más oportunista, estúpido y peligroso valedor.

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