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Federico Jiménez Losantos

Cría cuervos y subvenciónalos

El “diálogo social” es la mayor bobada de las muchas que la Izquierda con poca vergüenza le ha vendido a la derecha con pocos principios. Y a un precio político y económico desorbitado. Si bien se mira, el famoso diálogo se resume en hablar con los líderes sindicales acerca de las subvenciones indirectas que el Gobierno les concede por debajo de la mesa y de las cauciones legales directas en materia de contratación, convenios y negociaciones de empresa que permiten a CCOO y UGT mantener una posición privilegiada en el mundo laboral español sin tener el apoyo real ni siquiera de una décima parte de los trabajadores españoles. Y como no representan a nadie o a casi nadie, la única forma que tienen Méndez y Fidalgo de subirse el sueldo es subir la apuesta, convertir en problema de orden público su problema económico anual y confiar en que la inercia o la estupidez de los medios de comunicación presenten como inquietud social lo que no es sino descaro de una suerte de mafia benigna y legalizada.

Pero con la Huelga General fracasada del 20-J, los sindicatos han perdido cualquier forma de pudor político y social. La forma de preparar la entrevista que Méndez y Fidalgo van a mantener en los próximos días con el vicepresidente económico no ha podido ser más insultante para Rodrigo Rato. Aparte de la sinuosa grosería acerca de la supuesta “impotencia” o “incompetencia” del responsable de la economía española desde hace más de seis años, llama la atención la desvergüenza con que unos ignorantes en materia económica, unos lerdos que exhiben todavía la retórica polvorienta y vacía del socialismo soviético se permiten dar lecciones de eficacia a quien puede presentar la mejor ejecutoria en política económica de toda la Unión Europea va ya para siete años.

Pero la incapacidad de la derecha para explicar sus principios teóricos, incluso cuando dan resultado, le aboca a esta impotencia real ante los chantajistas “sociales” y a esta incompetencia auténtica que consiste en subvencionar a los inútiles. Las bofetadas a Rato preludian un atraco fabuloso a Zaplana a costa, cómo no, del contribuyente. Es el destino del centrismo “dialogante” y “social”: cría cuervos, subvenciónalos y, a partir de ahí, que la ONCE te ampare. Del sablazo no te libra nadie. Y de la chulería tampoco.

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