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Federico Jiménez Losantos

Del vídeo de Pedro Jota al de Cifuentes: veinte años de cloacas

En su sumisión mediática, prueba de su deserción ideológica, está la raíz de la autodestrucción de la Derecha, que es más que un error: una costumbre.

En su sumisión mediática, prueba de su deserción ideológica, está la raíz de la autodestrucción de la Derecha, que es más que un error: una costumbre.
LD/Efe

En memoria de Antonio Herrero

Cuando estaba leyendo la escalofriante frase de Granados sobre la liquidación política de Cifuentes: "Si quieres venganza, cava dos fosas", alguien en la redacción de Libertad Digital dijo que al PP ya sólo le falta una versión del himno electoral con la arrebatadoramente letal mandolina de El Padrino. Y es que el partido de Aznar liquidado por Rajoy se parece cada vez más a la caricatura que de él hacen sus enemigos, que son sus aliados mediáticos. En esa sumisión mediática, prueba de su deserción ideológica, está la raíz de la autodestrucción de la Derecha, que es más que un error: una costumbre.

En lo único que no ha traicionado Rajoy a Aznar es en continuar sometido a lo que el Faraón llamó, en una entrevista conmigo en la COPE, Poder Fáctico Fácilmente Reconocible, porque no se atrevía a decir Polanco. Rajoy ya no debe evitar decir Cebrián, porque, pese a él, lo han echado de PRISA, pero tampoco criticará a Atresmedia/La Sexta, Godó, Casals o José Antonio Sánchez. Como prueba el amparo mediático al imputado Gallardón, los medios enemigos de la Derecha protegen a todo político del PP que se desmarque ideológicamente de los suyos, blinde su negocio millonario y use la izquierda mediática para liquidar a sus enemigos internos en la Derecha.

Pero Don Ferreras De las Mil Colinas y las Tres capas de Calzoncillos nunca pone a Soraya y Montoro en su paredón al rojo vivo y al azul muerto. La nariz le creció a Soria, pero no a Rajoy por el "Luis, sé fuerte". A Rato lo detuvo la policía de aduanas de Montoro en La Sexta, avisada por Soraya. Y el gran periodista protege sus fuentes… sobre todo si son fuentes de riqueza. Pero la protección mafiomédiática dura lo que dure el Poder. Al acabar, los protectores-protegidos van, como Cifuentes en Telemadrid, a la fosa común. Ese es, tarde o temprano, el destino de todo el partido. El que afronta el PP.

Los Presupuestos del PNV y Rajoy contra Rivera

De todas las críticas a los Presupuestos Generales del Estado la más dura, la que difícilmente perdonarán sus votantes al PP, y la que muestra la descomposición interna del que aún es el primer partido político español, ha sido el discurso de apoyo del PNV. Los portacoces sabinianos llevan desde enero insultando a Rivera por oponerse al Cupo, y han dicho con ese aldeanismo fingido que viste como atavismo rural el zurrón del ventajismo económico, que lo que hacen es votar contra Ciudadanos y que la razón de apoyar a Rajoy es evitar o retrasar la llegada al Poder de Rivera. La servil aquiescencia presidencial, presentando como "buenos para España" unos presupuestos que celebra el PNV, regala al separatismo una victoria que supone la descalificación de su partido. Si el voto útil contra el PNV es el de Ciudadanos, ¿para qué el PP?

Recordemos que Urkullu, el hombre de confianza del Gobierno tras el 1 de octubre ha anunciado la anulación del Artículo 155 en cuanto se forme gobierno en Cataluña. Golpista y separatista, claro, si no, nunca lo apoyaría. El PP asegura ese trámite al no presentar un recurso directo al Constitucional que desembocaría en nuevas elecciones, con posible triunfo de Puigdemont y desaparición del PP si el 155 no se usa para demoler las bases del Golpe: la Generalidad, los Mozos y TV3 financiadas pródigamente por Montoro. Al final, la conversión del 155 en mera herramienta para convocar elecciones ha desembocado en que no se convoquen elecciones para no aplicar el 155.

Cuando Margallo reta a Soraya a presentarse a las elecciones de Madrid para optar a la sucesión de Rajoy, y la llama "extraordinaria gestora", recuerda la presunción de la Vice de "haber descabezado" el separatismo, al que ahora teme incluso fugado de la Justicia. Margallo olvida cuando él fungía de Ministro de Exteriores para Cataluña y ocupó el lugar de Albiol para debatir en TV3 con Junqueras, al que conocía de juergas en Estrasburgo. Pero que Margallo comparta el estrepitoso fracaso de Soraya no la absuelve. Demuestra que hasta dentro del Gobierno y el círculo más cercano a Rajoy se ve la omnipotencia vicepresidencial como la ruina presidencial. Y del PP. Porque tal vez Rajoy no lo haga, pero se supone que el PP se presentará a las elecciones. ¿Con qué programa? ¿Con el apoyo del PNV contra Ciudadanos? Si no fuera porque muchos viven de la política, sería mejor no presentarse.

Del vídeo de Pedro J. al de Cifuentes: veinte años de cloacas

Se cumplen veinte años de la muerte de Antonio Herrero, uno de cuyos últimos trabajos, de esos que en Hesíodo justifican nuestros días, fue el de plantar cara al vídeo de Pedro Jota, venganza felipista por destapar el GAL.

Hoy, como ayer, denunciaría a la misma mafia político-mediática-judicial, que destruye personalmente a los que profesional o políticamente estorban. Si el vídeo de Cifuentes era objeto de rumores, el del entonces director de El Mundo fue anunciado directamente en la SER por Rafael Vera, secretario de Estado de Seguridad, que acabó en la cárcel junto al ministro Barrionuevo en lugar del Jefe González, el "Mister X" de Baltasar Garzón, que trocó la instrucción del caso por ir de número 2 de González en las Generales de 1993. Felipe lo engañó, claro, Garzón se vengó reabriendo el caso, y sólo mediante un alarde de prevarigalupación logró la harka judicial felipista-polanquista que el One acompañara a sus segundones a la puerta de la cárcel y, tras una palmadita en el hombro, él no entrase y los dejara dentro.

El vídeo de Pedro J. fue una venganza urdida en Moncloa y perpetrada por el PRISOE. Las campañas de destrucción personal, dirigidas por Cebrián y coreadas por los medios carcoseparatistas las padecimos Antonio, García, Luis Herrero y yo, entre otros. En El Linchamiento cuento mi caso, que diez años después redimió Estrasburgo. Raro es que no haya acabado como Antonio, lo más parecido a Aquiles que ha visto España, pero al que un día su cuerpo obligó a descansar.

De la dictadura silenciosa a la estrepitosa

Todo sigue igual que hace veinte años, no peor, aunque lo peor sea que siga igual. La mafia político-policial-mediático-judicial tiene tal imperio sobre la vida política que fabricando dossiers que mezclan medias verdades y mentiras completas, programados para estallar por capítulos mediáticos, puede destruir personalmente, y de paso, políticamente, a quien se le antoje. Esa voluntad civilmente homicida, que llevó a Cebrián a culpar a Pedro Jota, en un editorial de El País, del vídeo que perpetraron sus cuates, se ve en los que ayer eran chicos de la SER y hoy nerones de La Sexta y Cuatro.

Es el mismo sectarismo y falta de compasión, la burla soez a lo TV3. Los "mecanismos totalitarios de nuestra democracia" que traté en La dictadura silenciosa (1993) estudiando el nacionalismo vasco-catalán y el polanco-felipismo, son más fuertes que hace un cuarto de siglo. No es que hayan cambiado mucho, es que no se les ha combatido nada. El resultado es que las que ayer eran ratas de agua xenófobas y tiburones progres hoy son aliens comunistas y drones separatistas. La dictadura silenciosa es la misma, pero, desde el 11M, más estrepitosa, más inaprehensible, mucho más rápida.

Como el Mal.

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