Menú

Produce vergüenza ajena, una mezcla de disgusto y espanto, el creciente protagonismo de Felipe González en la deriva antisistema del Partido Socialista, cuyo frágil secretario general va desvaneciéndose entre los zarpazos de este tigre de papel; aunque de un papel que para la Izquierda representa el Evangelio: “El País”. Es inútil y hasta contraproducente que José Luis Rodríguez Zapatero trate de instalarse en una posición intermedia entre las llamadas de Cebrián y González a echarse al monte contra las instituciones democráticas, sectaria y absurdamente identificadas con el PP, y su propio sentido común, que le aconseja una política de consenso nacional con el Gobierno de Aznar para dar credibilidad a esa alternativa de Gobierno que, según todas las encuestas, asusta más que atrae a los votantes. Cuanto más se arruga Zapatero, más se engalla González. Cuanto menos se nota la línea de “oposición tranquila” del político leonés, más sobresale el discurso histérico, rencoroso y cainita del que fue trece años presidente del Gobierno, por lo visto pocos para su bulimia de Poder.

El estilo del sevillano se ha ido depurando con los años, pero no en sutileza sino en sordidez. La forma en que aparentemente niega pero realmente reivindica la “cacería” de Nicolás Redondo Terreros es una obra maestra de la villanía, una apoteosis de la miseria moral y de la indignidad política. Jugando con el nombre de Mayor Oreja, del que Cebrián declaró apéndice “ancilar” a Redondo Terreros, el ex presidente del Gobierno de los GAL desprecia e insulta a su todavía compañero de partido, aunque no de partida. Dice González que él no caza “conejos”. Es muy posible. Por su cuenta, sería incapaz de cazar otra cosa que comisiones en el Tercer Mundo y propinas en el Primero. Pero con el poder de PRISA a su servicio, o viceversa, se está mostrando irresistible en el sabotaje de cualquier política del PSOE que no sirva a su insaciable rencor contra Aznar, el PP y el periodismo hostil.

Mientras Zapatero templa gaitas, Cebrián y González, los autores de “El futuro ya no es lo que era”, tratan de hacer realidad su propia de la conspiración o “conspiransón” contra el Gobierno socialista. Y, por desgracia, ellos sí van camino de conseguirlo. Claro que desde que los felipistas siguen la línea de Madrazo y Llamazares, ya no se acuerdan de la “pinza” del PP e IU. Anguita tampoco. Así, mientras la Moncloa no se entera o no se quiere enterar, el PSOE camina sin prisa pero sin pausa fuera del sistema constitucional. El futuro del que se reclamaba Zapatero ya es sólo pasado: el del régimen de Ibercorp, de Filesa, de los bacigalupos, de los fondos reservados y del GAL. Hacia ese pasado se encamina el futuro del PSOE. A toda PRISA, si se nos permite el chiste fácil. No tiene gracia pero es verdad.


© www.libertaddigital.com 2002
Todos los derechos reservados

Titulares de Libertad Digital
Suscríbase ahora para recibir nuestros titulares cómodamente cada mañana en su correo electrónico. Le contamos lo que necesita saber para estar al día.

 &nbsp
!-->

En Opinión