Menú
Federico Jiménez Losantos

Esta es la "paz" que respaldamos

Los últimos meses de presidencia de Andrés Pastrana se están convirtiendo en un auténtico juicio por los hechos de la palabrería demagógica y la cobardía política derrochada en todos estos años. Nada ilustra mejor la verdadera catadura de las FARC que los atentados, crímenes y secuestros de las últimas semanas, aunque la habitual endogamia capitalina de la clase política seguramente se sentirá más impresionada por este último secuestro en el aire que por los asesinatos de semanas anteriores, que ya habían dejado en ridículo el famoso “proceso de paz”.

Pero “Tirofijo” no ha hecho otra cosa que mantener la coherencia de su trayectoria como terrorista y como inveterado e ilegítimo aspirante a presidir una dictadura comunista en Colombia. Lo incoherente es que desde la legítima Presidencia de la República se haya promovido un proceso que, aprovechando el cansancio de la población bajo el terror, le haya vendido una supuesta paz que no existía más que en su imaginación. Y que, a cambio de ese embeleco, haya entregado a los terroristas de las FARC no sólo una extensión de territorio tan grande como Suiza o Extremadura sino la legitimidad que corresponde en exclusiva a la representación democrática y pacífica del pueblo colombiano.

Pero no sólo Pastrana es responsable de entregar a terroristas y narcotraficantes una parte sustancial del territorio cuya integridad y legalidad juró defender. Muchos países han cedido a la infame tentación de presentar como “conflicto político” o “guerra civil” lo que no es sino un asalto totalitario a un Estado democrático. Además de los “turistas revolucionarios” que, como en Cuba o en Chiapas, juegan a la subversión en sus días de vacaciones pagadas, buena parte de los gobernantes de los países democráticos se han sumado a esa sangrienta estafa. Entre ellos, José María Aznar, que en un alarde de incoherencia habitual en Europa pero especialmente grave en España ha concedido a los terroristas de Colombia lo que niega a los enemigos de la libertad en nuestro país y en el resto del mundo.

Después del 11 de Septiembre, Estados Unidos ha corregido su vergonzosa política de ninguneo a la legalidad colombiana, limitando a la lucha contra el narcotráfico lo que sólo puede ser una lucha sin cuartel contra el narcoterrorismo de las FARC. ¿Cuándo cambiará Europa? ¿Para cuándo deja Aznar la desautorización de un Pastrana que infama con su política la institución que ocupa? Por poco tiempo, pero la ocupa. Y nunca es tarde para recordar que no se puede hacer política con la ética sin perder la ética y, además, la batalla política.


© www.libertaddigital.com 2002
Todos los derechos reservados

Titulares de Libertad Digital
Suscríbase ahora para recibir nuestros titulares cómodamente cada mañana en su correo electrónico. Le contamos lo que necesita saber para estar al día.


!-->

En Internacional

    0
    comentarios