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Federico Jiménez Losantos

Falsa unanimidad con fecha de caducidad

El espectáculo que ante la segunda vuelta de las elecciones presidenciales ofrece la clase política francesa, con los medios de comunicación como punta de lanza, parece diseñado por Kennedy O´Toole , el inolvidable autor de “La Conjura de los necios”. En primer lugar, le sirven en bandeja a Le Pen, sin ninguna posibilidad de ganar, la campaña que soñaba: todos contra él, todo el sistema político que el FN viene denunciando por su corrupción y su ineficacia ante la inseguridad ciudadana y la inmigración ilegal, sólo tiene una idea política: impedir que gane Le Pen. Pero eso no aborda los problemas reales que han hecho afluir a Le Pen grandes masas de voto popular. La derrota del Front National es precisamente lo único que no está en cuestión. ¿A qué viene, entonces, este espectáculo de falsa unanimidad, que además tiene fecha de caducidad inmediata: las elecciones legislativas de Junio, las realmente decisivas?

La clase política francesa debería haber hecho autocrítica de sus errores y haber prometido cambios radicales en esa política que ha llevado a uno de cada cinco franceses a votar a la extrema derecha. Debería haber hecho propósito en público de regeneración ética y moral, debería haberse comprometido en la lucha contra la corrupción y debería haber expuesto un plan general de lucha contra la inseguridad ciudadana y la inmigración ilegal. Pero como el patriotismo es a veces el último refugio de los bribones, patrióticamente envueltos en la bandera de la desahuciada V República, los corruptos y los inútiles de izquierda y de derecha no deben temer por su futuro: mientras siga ahí la amenaza Le Pen, todo seguirá igual, los buenos sueldos y las malas costumbres. Pero sea cual sea el resultado, después de esta opereta unitaria, todo va a ser muy distinto y mucho peor.

En las legislativas, si Le Pen obtiene el 20% o más, impedirá una victoria de Chirac suficiente para formar gobierno. Eso piensan los socialistas, que reeditarían otro gobierno de la “izquierda plural” todavía más plural. El resultado será una crisis de la derecha y un fortalecimiento de Le Pen. Que deciden cohabitar socialistas y chiraquianos? Ya se ve el efecto que han producido: polarización radical del electorado, unánimemente insatisfecho. Y como los problemas de fondo siguen sin resolver y la ambición política no prescribe, toda la unanimidad de hoy se transformará en guirigay mañana. Y la erosión del sistema político francés continuará, cada vez más deprisa, cada vez más temible, cada vez más europea.

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