A muchas víctimas del 11M les habrá sonado fatal la cuidadosísima, por no decir mimosa, respuesta de Torres-Dulce a Pilar Manjón y el acostumbrado aguacero de injurias que los defensores de la indefendible Versión Oficial del 11M dispensan a los que no sólo ponemos en duda, sino que hemos probado que es absolutamente falsa. El Fiscal General del Estado no debe respetar más a Manjón que a Ángeles Pedraza, Ángeles Domínguez o José Alcaraz. Y debe respetar mucho más a los que persiguen que se haga justicia que a los que, con Manjón, Sánchez Manzano o PRISA se empeñan en impedirlo.
Si quiere evitar el sobrecogimiento que toda víctima del 11M debe imponer en la gente decente, hay que constatar que la mayoría de las víctimas no se empeñan en negar la evidencia de la continua obstrucción a la Justicia que supuso la investigación policial y judicial de la masacre. Al contrario, piden que se investigue lo que se ha ocultado, que se destape lo que se ha tapado y que se expliqué quién, cómo y por qué destruyó u ocultó a la Justicia las pruebas de la masacre, la más importante de las cuales, nada menos que un foco de explosión en uno de los vagones, la ha encontrado Libertad Digital en vísperas del octavo aniversario de la masacre. Por cierto, dice Pilar Manjón que ellos –sean los que sean "ellos"– sabían que esos restos estaban en Villaverde. El fiscal, superado el sobrecogimiento ante su atroz sectarismo, debería interrogar a los que sabían dónde estaba ese vagón y su foco de explosión, para averiguar quién se lo dijo y por qué nadie se lo comunicó a los que hicieron la pericia de explosivos ordenada por Gómez Bermúdez.
Por supuesto que hay que abrir, no reabrir, el 11M. No se puede reabrir lo que nunca estuvo abierto a la investigación policial y judicial. No puede ser cosa juzgada lo que no se ha juzgado nunca. Pero, de momento, la acción de la Justicia tiene bastante con investigar el 12M, el 13M, el 14M, y otros días de Marzo y Abril, con el Gobierno del PP en funciones, porque es cuando se crearon las pruebas falsas y se empezaron a destruir las verdaderas, absolutamente fuera de la Ley y en connivencia con un proyecto político que fue el gran beneficiario de la masacre. ¿Reabrir el 11M? No se preocupe Torres-Dulce. Con empezar a entreabrirlo, vale.