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Federico Jiménez Losantos

La "espantá" de Boyer o el centrismo recompensado

Pocos episodios tan reveladores de la debacle intelectual de la derecha española tras su paso por el poder como la carta de dimisión de la FAES enviada a Aznar por Miguel Boyer. Aún recordamos al Expoliador de Rumasa entrando en el supuesto think tank del pensamiento pepero entre el Presidente y su Señora, aún lo vemos instalado a la vera de la inquilina monclovita entre fotos y cámaras, aún rememoramos su presentación en las crónicas oficiosas de TVE como soberbia aportación intelectual de la izquierda moderada al centrismo centrista, aún lo rememoramos, en fin, ilustrando con su canosa presencia izquierdosa la oscura caverna del derechismo español. Sin las luces de Boyer, ¿qué hubiera sido de la derecha española? Poco. ¿Y qué ha sido finalmente? Nada. ¿Qué aportaba Boyer a las ideas económicas desarrolladas por el PP en el Gobierno? Nada. ¿Qué suponía para la izquierda felipista verlo a la diestra de Aznar? Poco o casi nada.
 
Sólo en Libertad Digital, siempre liberales pero nunca boyerales, leales a los principios pero no serviles a los políticos endiosados de la derecha, criticamos como se merecía esa burla a los valores, a las ideas, a los militantes y a los votantes del PP que suponía la entronización de Boyer en la FAES. Sólo aquí pusimos a caldo ese alarde de centrismo subvencionado cuya recompensa moral estaba cantada. Ha sido uno de tantos caprichos personales de Aznar que la realidad ha acabado por viviseccionar con implacable crueldad. Es una prueba más de cómo el desastroso panorama de los medios de comunicación que deja el PP tras su derrota electoral proviene de una corrupción esencialmente intelectual que nace –como ha denunciado Daniel Rodríguez Herrera en estas mismas páginas– de haber renunciado a la batalla de las ideas. Pero, añado yo, porque previamente se renunció a los principios. A la ética y hasta a la estética. Porque Boyer en la FAES y a la diestra de Aznar constituía una agresión ética y estética a toda la derecha española que sólo la pérdida del poder ha remediado. Demasiado tarde, ay.
 
Lástima que mi propuesta de un seminario dirigido por Boyer sobre el costo final para el contribuyente del Expolio de Rumasa no se pueda celebrar ya en la FAES. Pero a cambio de que le conserven por consenso el momio de los hidrocarburos, (verdadero fulminante intelectual de la última cabriola de Boyer y no la guerra de Irak, de la que sólo se ha acordado tras la derrota electoral del PP) yo creo que Miguel Ángel Cortés podría negociar con su condecorado amigo Pancho González, socio privilegiado de Polanco y peana por la que el de Valladolid ha adorado al PFFR, que se celebre al menos en el Círculo de Bellas Artes. Incluso en Miguel Yuste, Gran Vía, Localia o CNN+. El caso es no perdernos las reflexiones de Boyer, sin las que la derecha española no habría sido capaz de hacer nada en materia de política económica durante ocho años. Salvo el ridículo, claro. Eso sí que lo ha hecho el PP con Boyer, y hasta la náusea.
 

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