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Federico Jiménez Losantos

La Solución histamínica de la ministra Trujillo

Nunca un insecto logró tan alto destino. Nunca un díptero, ni siquiera un himenóptero, alcanzó la gloria de provocar el ataque, o la defensa, de otro insecto metálico y gigantesco, el helicóptero de urgencias del servicio 112

Decenas, si no centenares de miles de viviendas prometió el PSOE en su campaña electoral y esa promesa fue mantenida por la ministra de Cuotivivienda Maria Antonia Trujillo, aportación de Ibarra al estadismo zapateril. Pero en un rapto de genio creativo, las prometidas viviendas desaparecieron para convertirse en "soluciones habitacionales". Formado el escándalo, en marcha la chirigota, la ministra se rectificó varias veces a sí misma y al final creímos entrever que las famosas soluciones habitacionales consistían en que el problema de la habitación, vulgo vivienda, no tenía solución.
 
Pareció desvanecerse el estro de Trujillo hasta que la celebérrima fotografía de Vogue la devolvió al primer plano de la actualidad. En su caso (si es que la reproducción americana de la foto célebre no me hace equivocarme), perfil, en forma de apósito columnario con mucha laca y cuello camisero levantado, homenaje a los rumberos catalanes de los setenta y, por ende, a Maragall.
 
Pero esa vuelta a mogollón privaba a la estadista extremeña de sus aspectos singulares, aquellos que la convierten en símbolo de la forma de gobernar del PSOE en los feudos que administra desde hace un cuarto de siglo, y que solo por casualidad son los más pobres de España. Ha hecho falta la colaboración de un insecto –mosquito, abeja o avispa– para que Trujillo conquistara de nuevo la primera o segunda plana de los periódicos. Porque nada menos que un helicóptero se movilizo para atender a la ministra y suministrarle unurbason, o sea, un tipo de medicina de alta tecnología que sólo los países desarrollados son capaces de llevar hasta el lecho mismo del dolor, en este caso ribazo merendil o cafetona tumbona veraniega, en el hasta ahora ignoto pago de Peraleda de Zaucejo. Nunca un insecto logró tan alto destino. Nunca un díptero, ni siquiera un himenóptero, alcanzó la gloria de provocar el ataque, o la defensa, de otro insecto metálico y gigantesco, el helicóptero de urgencias del servicio 112, para liquidar o, al menos, mitigar su avieso daño. Feliz insecto. Feliz ministra. Feliz Extremadura. Felicísima España.

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