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Federico Jiménez Losantos

La sombra que siempre ha estado ahí

Las declaraciones de Juan Antonio Ybarra a El Mundo sobre la falta de reacción financiera y personal de los dirigentes del Bilbao y del Vizcaya —ambos bancos fundados por su familia— ante el secuestro y posterior asesinato de su padre por la banda terrorista ETA demuestra que hay cuentas atrasadas —hasta un cuarto de siglo— que no por secretas llegan a prescribir. Las de la venganza, por ejemplo. Pero también rompen un tabú: el del supuesto pago regular de importantes cantidades de dinero a la banda a cambio de la seguridad de sus dirigentes. Dinero que habría salido del banco a espaldas de sus accionistas e impositores.

Aparte de la fabulación de Bancomer, ésta fue la primera hipótesis que circuló como explicación de las “cuentas secretas del BBV” y muchos creyeron ver un episodio de distanciamiento entre Ybarra y Francisco González en el extraño discurso de éste sobre la “tolerancia cero” que debía observar el BBVA contra el terrorismo. No cabe descartar que la del “dinero negro” guardado para una eventualidad como la del secuestro del Ybarra asesinado en 1979 fuera una de las muchas excusas dadas por Ybarra a su copresidente antes de contarle la verdad. Tampoco que fuera un mensaje contra el sector PNV de la dirección del BBV —Fernández, Uriarte, Urrutia— dentro de la lucha feroz que a partir del descubrimiento de este filón de dinero delictuoso se desató entre los dos bancos fusionados.

Pero también es un rumor muy extendido —a nuestro juicio, sin datos serios que lo avalen— que esta historia estalla después de que autoridades norteamericanas o británicas alertan al Gobierno español sobre esta línea de financiación de ETA, dentro de la movilización generalizada que se produce tras el 11 de septiembre contra el terrorismo internacional. Es, por cierto, el único elemento de esta crisis que podría —y tal vez debería— aclarar el Gobierno. Lo demás, todo lo demás se sigue sin explicar por parte de ese selecto grupo de banqueros, la flor y nata de la “beautiful people” felipista y peneuvista, que cada vez tiene más cosas, y más comprometidas, que contar. Ésta de los pagos a ETA, acaso la primera y la última. Es la sombra que siempre ha estado ahí y que una víctima del terrorismo ha empezado, sólo empezado, a iluminar.

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