Aunque la responsabilidad máxima de este desastre corresponda al PSOE y su Frente Antipopular, toda la clase política está quedando mal, horrorosamente mal, en la Comisión del 11-M. Sólo faltaba que José Blanco amenazara públicamente a Rajoy con llamarlo a declarar como venganza por haber convocado a Zapatero para que todo el mundo perciba hasta qué punto las peticiones de comparecencia son simples armas arrojadizas entre partidos, y que no hay un interés real en utilizar las facultades del Parlamento para hacer lo que en otros países sí son capaces de hacer: una investigación que arroje luz sobre los hechos eliminando dentro de lo posible el partidismo en su interpretación, sea a favor del Gobierno, sea en provecho de la Oposición.
Federico Jiménez Losantos
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No tienen remedio
El PSOE ha creído percibir en Rajoy la resistencia esencial a que avance la Comisión, al menos por el lado popular. De ahí que lo amenacen, por si decide anunciar que no tiene nada que ocultar y que estará encantado de comparecer.
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