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Federico Jiménez Losantos

Pablenin espiará al CNI y Kim Markeshian acecha a Ana Rosa Quintana

El Felón de la Moncloa está demostrando con los comunistas la misma debilidad que con los separatistas

El Felón de la Moncloa está demostrando con los comunistas la misma debilidad que con los separatistas
Pablo Iglesias e Irene Montero. | EFE

En sólo un mes, el gobierno socialcomunista uncido al separatismo ha alcanzado una velocidad que envidiarían Carlos Sáinz -padre e hijo- y el joven Fernando Alonso. Si la semana pasada medio Gobierno se calcinaba en una pira de embustes sobre la cómoda estancia en Barajas de la genocida Delcy Rodríguez, el jueves y el viernes se consumó el asalto a los cielos de los marqueses de Galapagar que apuntan a virreyes de la II República Bis. Kim Il Kong espiará a los espías. Kim Il ÉL, a la policía. Ni los Ceaucescu.

ÉL espiará al CNI

Lo peor para el sueño -insomnio, lo llamó Sánchez- de los españoles es la designación de Pablo Iglesias, agente del régimen asesino de Caracas y financiado por la teocracia iraní, como miembro del pequeño grupo de ministros que revisan los expedientes del CNI. Y contra esa pesadilla llegó el teledebut de Irene Montero como ministra-influencer (léase influyenta) y experta en Justicia de Género en el programa de Ana Rosa, donde denunció el trato vejatorio que la policía seguiría dando a las mujeres que denuncian abusos sexuales, aludiendo brumosamente al caso de la minifalda, aquella sentencia grotesca de 1989 que, claro está, no dictó un policía sino un juez.

Kim Markeshian exhibió así su oceánica ignorancia y su desprecio por las policías que desde tiempos de Aznar atienden a las denunciantes de abusos sexuales. Y trató de mentirosa a Ana Rosa, que negó esas supuestas conductas vejatorias en la policía, más aún explicadas con un caso de hace 30 años que mostraba su ignorancia. El alarde de la erudita de Galapagar se produjo al día siguiente de pasear a la Heredera en horario laboral para recibir el homenaje del servicio ministerial. Y de que, en las Cortes, tras responder Kim Il Kong por Kim Il ÉL, ambos vetaran la creación de una comisión sobre prostitución de menores en centros de acogida del Estado. En 48 horas, es difícil llegar a más con menos ética y menor inteligencia.

Sánchez, el tramposo trampeado

El Felón de la Moncloa está demostrando con los comunistas la misma debilidad que con los separatistas. Aterrado por la posibilidad de perder su apoyo parlamentario, sobre todo antes de votar los Presupuestos, les concede lo que pidan, incluso se adelanta a sus peticiones, mientras los ministros del PSOE se difuminan o calcinan ante su total indiferencia. Él envió a Ábalos a recibir a Ugly Delcy y sus cuarenta maletas doradas, pero está dejando que se coma solo el marrón que él le sirvió. Aunque Arancha Exteriores esté batiendo en pocos días la marca de majaderías de todos los gobiernos del PSOE y parte de los del PP, aunque la cobardía de Marlaska alcance niveles artísticos, aunque la desaparición de Margarita Robles siga preocupando a los que confiaban en ella como el último valladar frente al totalitarismo podemita, el que va camino de la pira es Ábalos, que es el que menos pintaba en Barajas, aunque su verborragia le dé grandes alegrías a su íntima enemiga Carmen Calvo. Ahora bien, a ella se las niega la marquesa de Galapagar, que ha impuesto su zarrapastrosa ley del sí es sí, pese a que su redacción espantó al meritxoll de Justicia. A ambos los vendió Sánchez en cuanto piafó el marqués. A la marquesa y feministra, ni tocarle un selfie.

Irene plagia ahora a Cayetana

Kim Mom Markeshian dio un paso más hacia el Nobel de Física al resumir así esa Ley de Libertad Sexual que suponemos pluralizará pronto: "Las mujeres somos dueñas de nuestra sexualidad. No hace falta decir "sí" todo el tiempo". Hasta ahora, eso era exactamente lo que sucedía. No sólo las mujeres: los hombres, los homosexuales y toda criatura adulta (no las menores prostituidas en lugares de acogida del Estado, cuyos abusos la ministra desprecia) era dueña de su voluntad para tener relaciones sexuales. ¿Qué pretende cambiar la Erudita? El abuso sexual estaba penado, incluso en esa sentencia de la minifalda que, como casi todo del pasado, desconoce.

La argumentación de esa sentencia fue grotesca y la pena por abuso sexual, baja, pero no era lo habitual. En el franquismo, abusos y violación estaban más duramente castigados que en democracia. Manuela Carmena fue una de las pioneras en la benignidad de las condenas a violadores y abusadores, distinción borrosa que la Izquierda judicial difuminó aún más. Esto sólo lo ignora alguien sin formación histórica o cultural. ¿Pero sabe algo sobre algo la ministra de Igualdad? ¿Es igualmente ignorante en todo?

Cabe suponerlo, porque esa frase que en ella suena fatalmente banal es la que le lanzó a la cabeza, sin alcanzarla, Cayetana Álvarez de Toledo en el Congreso de los Diputados: ¿Hay que decir sí, sí, sí, todo el tiempo? ¿Para qué esa ley si no hace falta notario ni grabadora de síes, que de todas formas anularía esa Justicia que llama "con perspectiva de género", porque siempre podrá decirse que un sí condicionado por la historia o la psicología de la víctima, que lo es toda mujer desde esa ideología es realmente un no? Esa Ley se basará en un prejuicio, no en un juicio; en suposiciones y no en pruebas. Será un abuso convertido en uso, el derecho de pernada adaptado al empoderamiento -léase atropellamiento- sexista del Estado de derecho.

La Oposición, acomodada a la división

Sin embargo, mientras la Izquierda golpista -no queda una que no lo sea- avanza a toda velocidad en la demolición del régimen constitucional, el centro y la derecha siguen peleándose por la primogenitura de la derrota. Para Vox parece más importante derrotar a Jordi Feijóo (apodo brillante) que al separatismo gallego, inseparable del socialismo y el comunismo. Y Feijóo, pétreo en la política injusta y suicida de discriminación del español, responde que Vox está "contra Galicia". O sea, que les da la razón a los que le llaman Jordi, que también culpaba a sus enemigos de serlo de Cataluña.

El único dato positivo en la oposición es el acuerdo electoral PP-Cs en el País Vasco, al que se resiste un político tan liliputiense como Alfonso Alonso. Pero lo de Galicia es una torpeza, acaso fatal, de Feijóo contra C´s, que en Cataluña podría compensar la venganza de Arrimadas contra el PP. Da la impresión de que en la Oposición se han hecho a la cómoda idea de esperar cuatro años a que el bloque de poder izquierdista y separatista se hunda. Y Podemos, clave del Gobierno, no parece precisamente náufrago.

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