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Federico Jiménez Losantos

Polanco tendrá que excomulgarlo

Cuando en su homilía previa al Cónclave el aún cardenal Ratzinger atacó la “dictadura del relativismo” estaba retratando la ideología aplastante, no sólo dominante, que padecemos en España

Como editorialmente “El País” ya había marcado el rumbo que debía seguir la barca de San Pedro en su afanoso bogar hacia otro Papa, y como está claro que los cardenales se han atrevido a no obedecer las órdenes de Polanco y Cebrián, temo que Benedicto XVI, Joseph Ratzinger en el mundo, será excomulgado por la secta prisaica en las próximas horas. Ni aborto libre, ni eutanasia gratis, ni teología de la liberación, ni nada de nada. Es increíble la ceguera de la Iglesia Católica. Ya puede irse preparando, porque el carácter de Don Jesús deja chico al de Fraga, y el de Cebrián al del mismísimo Atila. Esta desobediencia al Imperio Prisaico puede acabar como el Rosario de la Aurora.
 
A primera vista, parece normal que cuando un Papa de tan dilatados servicios a la Iglesia y al mundo libre como Juan Pablo II muere en loor de santidad, el elegido para continuar su obra sea su mejor colaborador, su mano derecha, su báculo doctrinal, su Ministro del Interior. De las Conciencias, se entiende. Pero esto que parece tan lógico y que habrá llenado de gozo a la inmensa mayoría de los católicos resulta intolerable para quienes, desde fuera y radicalmente enfrentados al catolicismo, pretenden dictar su política y hasta su doctrina. Cuando en su homilía previa al Cónclave el aún cardenal Ratzinger atacó la “dictadura del relativismo” estaba retratando la ideología aplastante, no sólo dominante, que padecemos en España, con Polanco como Archimandrita de la Posdemocracia y Protogeneral de todas las órdenes, con exclusión de las mendicantes.
 
El choque de civilizaciones va a tener, pues, en España, su primer teatro de operaciones. Y no sé por qué barrunto que mientras llega y no llega la excomunión del Papa por el Papá Doc de la progresía hispana, en Televisión Española van a terminarse de golpe las conexiones vaticanas. ¡Con el interés que había puesto Don Jesús en que saliera un Papa de izquierdas! Tanta desconsideración la pagarán muy cara. ¡A por la cruz del Valle de los caídos!

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