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Federico Jiménez Losantos

Preparando concienzudamente el desastre

En una síntesis difícilmente superable de estupidez suicida e inmoralidad criminal, el Gobierno del PSOE ha conseguido destruir en ocho semanas lo que al Gobierno del PP le costó ocho años construir: una alianza estratégica con los USA que dejara a nuestro vecino y enemigo Marruecos sin el aliado indispensable para cualquier aventura expansionista contra España, especialmente en Ceuta y Melilla, pero sin olvidar las Canarias y su espacio marítimo para bancos pesqueros y prospecciones petrolíferas.
 
Conviene recordar que el último enfrentamiento entre España y Marruecos, que fue la anexión del Sahara a través de la Marcha Verde con Franco agonizante, sólo pudo llevarse a cabo por el respaldo de EEUU a su principal aliado en el Magreb, el régimen de Hassan II, frente a la pro-soviética Argelia y su protegido el Frente Polisario y ante la incertidumbre total en materia de alianzas que entonces reinaba en la Europa del Sur, con Italia a punto de tener un gobierno comunista, Portugal en manos de los militares pro-soviéticos tras la Revolución de los Claveles y España ante una situación impredecible y poco optimista tras la inminente muerte de Franco. Se olvida que en la Marcha Verde, en segunda fila, los disfrazados militares marroquíes llevaban una bandera norteamericana, prueba ostensible de que su propósito era impedir la "ventana atlántica" de la URSS frente a Canarias. La decisión de Hasan II y las garantías políticas a los USA fueron decisivas para el mayor éxito militar de toda la historia marroquí, basado en el fracaso político de una España descuajeringada que se retiró sin combatir.
 
Por si la memoria española fallaba, y contando con que en los políticos siempre suele fallar, Mohamed VI se embarcó apenas llegado al Trono en la aventura de Perejil para comprobar si España estaba otra vez tierna para darle un mordisco. Aznar se lo devolvió (aunque debió mantener ocupado Perejil) y el rey moro se quedó de piedra. Pero el Presidente español, con muy buen criterio, comprendió entonces que sólo una relación preferencial con los USA garantizaba que episodios así no se repetirían. De ahí la célebre foto de las Azores y el acuerdo político que no comprometía un solo soldado en el ataque al régimen de Bagdad y que políticamente nos blindaba frente al belicoso e inestable vecino del Sur.
 
La clave de esa alianza era la estrechísima identificación Madrid-Washington en la lucha contra el terrorismo islámico. Zapatero se la cargó inmediatamente después de ganar las elecciones del 14-M al anunciar que iba a hacer lo que los terroristas querían: romper la alianza con los USA y retirarse inmediatamente de Irak. A la cobardía vulgar ha añadido las prisas demagógicas para ofrecer a un pueblo idiotizado por el miedo y narcotizado por la propaganda el señuelo electoral de un pacifismo antiamericano tan engañoso como todos los pacifismos. Y en cuanto al antiamericanismo, poco ha tardado Marruecos, agente material y seguramente intelectual del atentado terrorista del 11-M y principal beneficiario de su objetivo, que era la liquidación electoral del Gobierno del PP, en ocupar el lugar de España como principal aliado de los USA en la zona. Con los americanos tan erráticos como en 1974 (basta recordar las estupideces de Powell sobre la "estúpida islita" de Perejil) queda tenebrosamente claro que,  partir de ahora, toda aventura expansionista vuelve a ser posible. Y Moratinos, presumiendo. Y Zapatero, alardeando. Y Bono, condecorándose. Imposible mayor incuria intelectual y moral. Hemos empezado a preparar concienzudamente el desastre.

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