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Federico Jiménez Losantos

Rajoy con Mas es como Ancelotti con Guardiola

En esta España, cobarde hasta el suicidio, la ideología dominante se resume en una sola frase: antes morir que arriesgar.

En esta España, cobarde hasta el suicidio, la ideología dominante se resume en una sola frase: antes morir que arriesgar.

Tiene toda la razón Juanma Rodríguez cuando dice que el Real Madrid de Ancelotti ha empezado a perder las semifinales con el Bayern de Guardiola en el mismo momento en que lo ha reconocido favorito. ¿Por qué favorito? ¿Por qué el Madrid va a salir a jugar como contra el Borussia o el Barça y no como contra el Schalke o el Atlético en la Copa? ¿Por qué proclamarse inferior al rival es de buen tiquitaquero periodístico, de consumado "gestor de vestuarios", de superviviente de cualquier banquillo? Pero el banquillo del Real Madrid es el mejor del mundo, o debería serlo, dirigido y ordenado. El del Atlético, que cuesta la mitad pero que está bien gestionado o sugestionado por Simeone, es el que hoy parece en mejor forma física y mental para ganar la Copa de Europa, pero eso no significa mucho cuando juegas con Mourinho, el Bayern o el Madrid, acostumbrados a ganar el título de clubes más difícil del mundo. El Valencia del 2000 estaba muy bien y el Real Madrid muy mal, pero Raúl y demás lo arrollaron en París. ¿Cómo es posible que el club que tiene a Cristiano, Bale y Benzema no se considere favorito frente al que tiene a Ribery, Robben y Muller?

Me temo que estamos ante uno de esos combates de boxeo que se ganan o se pierden psicológicamente antes de subir al cuadrilátero. Y que la forma que tiene Ancelotti de no parecerse a Mourinho y que le perdone la canallesca pipera es salir como inferior, es decir, como perdedor ante Guardiola. Pero Ancelotti ya lo ha hecho bastante ante el Barça esta temporada. Y así nos ha ido. Como en todas las cosas, en el fútbol se puede ganar o perder, lo que no se puede es salir derrotado de casa. Y menos, si ni puedes ni debes ni tienes por qué hacerlo. El Atlético, que tiene un equipo teóricamente muy inferior al del Barça, siempre ha creído esta temporada que podía ganarle y nunca le ha perdido la cara, hasta que, de empate en empate, acabó liquidándolo en la gloriosa noche del Calderón. ¿Y cree menos en sí mismo el Real Madrid que el Atlético? ¿O lo que sucede es que Simeone se parece demasiado a Mourinho como para salir con la cabeza baja ante cualquiera, incluso sin entrenar al Real Madrid?

Rajoyotti y su complejo ante Masdiola

Yo creo que al Madrid, máxima representación histórica del fútbol español, le pasa lo mismo que al Gobierno de España ante el separatismo catalán: que sale derrotado a un campo en el que podría ganar, siempre que estuviera dispuesto a jugar en serio y pelear hasta el final. Pero nuestro entrenador, llamémosle Rajoyotti, sale arrugadito ante el piafante estelat, llamémosle Masdiola, porque también Guardiola quiere ser Presidente como Mas, pero de la República Catalana Independiente. Y si Rajoyotti insiste en cederle el balón, o sea, la iniciativa, al equipo de la estrella robada a Puerto Rico y las cuatro barras incautadas a Aragón, lo será.

El debate parlamentario de esta semana, con la actuación de los tres patufets del parlamento de Cataluña haciendo de embajadores del pueblo catalán o algo así, cuando los representantes del pueblo catalán en las Cortes ya están ahí, y representando a los mismos partidos que los patufets, prueban hasta qué punto España se ha perdido el respeto a sí misma y deja que se lo pierdan pitufos de tres al cuarto, políticos cuya oratoria es una oda al analfabetismo funcional o un canto al kindergarten totalitario catalán. ¡Y aún hay quién pedía que fuera Mas a presentar su proyecto de referéndum para la independencia en la sede de la soberanía nacional española!

Ya se sabe que Zapatero dijo que la nación española –no la catalana- es un "concepto discutido y discutible", pero resulta asombroso que Rajoy quiera que Mas siga el camino de aquel Ibarreche recibido con honores de Jefe de Estado en la Moncloa y cuyo discurso, menos estúpido y contradictorio que el de los patufets, sobraba igualmente en las Cortes. ¿Desde cuándo el presidente de una comunidad autónoma, cuyo poder y legitimidad provienen directamente del orden constitucional español, puede presentarse en las Cortes a abofetear la soberanía nacional dizque en nombre de otra soberanía que la niega? Y el colmo de los colmos: ¿qué pintan los representantes de un parlamento regional ante los representantes del parlamento nacional?

Rajoyotti suele repetir que él no va a liquidar el orden constitucional porque, aunque quisiera, no podría, porque sería rigurosamente ilegal. ¿Y no es ilegal y clamorosamente ilegítimo ofrecer como plataforma y altavoz para las pretensiones separatistas de una parte de Cataluña el Parlamento español, cámara para la que nadie los ha elegido y donde no tienen ningún derecho a hablar? ¿No se les caía la cara de vergüenza a los diputados medianamente alfabetizados viendo a la ridícula y condescendiente Seño Rovira darles potitos de urbanidad y democracia de babero?

Pues no. Ni se le cayó la cara de vergüenza a Rajoyotti viendo a una parvulona tontiastuta decir que si se vieran más se querrían más, ni se le cae a Ancelotti diciendo que el Real Madrid no es favorito en la Copa de Europa. Salir a perder es la forma de justificar de antemano que no se podía ganar. ¡Y eso, antes de jugar! En esta España, cobarde hasta el suicidio, la ideología dominante se resume en una sola frase: antes morir que arriesgar.

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