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Federico Jiménez Losantos

Recuperación y represalias inmediatas

Sólo la patológica inseguridad de los medios de comunicación españoles acerca de la integridad nacional española y la seguridad del Estado, que empieza por el derecho y la obligación de proteger sus fronteras, explica la medrosidad, lindante con la indignidad, de su reacción editorial ante la agresión militar marroquí en el Estrecho. Que sea una provocación y no una guerra sólo significa que España tiene un margen de represalia muy amplio, pero que debe empezar por la recuperación inmediata del islote “manu militari” y proseguir por unas represalias sistemáticas, generalizadas y duraderas contra los grandes negocios marroquíes en España, empezando por los del Sultán de Rabat. Y como el primero de ellos es la inmigración ilegal, actuar contra ella de inmediato y sin contemplaciones, empezando naturalmente por Ceuta y Melilla. Todo lo que no sea una respuesta amenazadora garantiza una permanente escalada amenazante por parte de la dictadura marroquí.

Hassan II aprovechó la agonía de Franco para invadir el Sahara Español con la “Marcha Verde”, anexionándoselo ante la impotencia, la estupefacción y la cobardía españolas. El tiranuelo que ha heredado su trono aunque no su talento parece que quiere repetir la fechoría paterna aprovechando la grave situación en el País Vasco y el desconcierto que en materia de política marroquí aflige a nuestro país, particularmente desde que Marruecos cuenta con el ex-presidente González como embajador oficioso y con el PSOE de Zapatero como enredador oficial. Es obligación del Gobierno quitárselo de la cabeza.

Hasta ahora la reacción oficial no ha podido ser más desafortunada. Marruecos es una dictadura y sus dirigentes, como los afganos o irakíes, no se preocupan por una guerra a la que mandarán a otros y que les permitirá camuflar en el patriotismo obligatorio la corrupción y el mal Gobierno. Pero eso sólo sucederá si España se muestra débil. Que es exactamente lo que está sucediendo. Y que es precisamente lo que no debe suceder.

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