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Federico Jiménez Losantos

Savater gana por KO a González

El primer acto importante de la campaña electoral vasca ha sido el mitin convocado por "¡Basta ya!" en el Kursaal de San Sebastián. Y es que no sólo ha supuesto un verdadero alarde de talento y de valor cívico, que sin duda ha sabido conmover a toda España, sino que al poner el acento en el mandato moral de la sociedad o, para ser justos, de la parte de la sociedad vasca que quiere la libertad, al forzar incluso visualmente a los dos grandes partidos políticos, PP y PSOE, para que se unan frente a los terroristas y sus cómplices nacionalistas, ha hecho prácticamente irreversible su alianza, al menos en los días que quedan hasta el 13 de Mayo. Ni el PP quiere ni el PSOE puede ir contra lo que no sólo es una exigencia ética sino un mandamiento del sentido común, expresado de forma insuperable en esa imagen de Savater cogiendo de la mano y uniendo o esposando a los candidatos Mayor y Redondo "a su través", como diría Enrique Múgica.

El efecto mediático del Kursaal ha sido tan importante que ha eclipsado el único factor que realmente hace peligrar la alianza de los españoles amigos de la libertad: el Factor González. Aunque ha reaparecido en un mítin del PSOE, con casi tanto éxito como Barrionuevo en el mítin de Madrid que le chafó a Zapatero, González no ha podido eclipsar la fuerza de Savater junto a Nicolás Redondo. Tan evidente es la diferencia entre la visita del rencor y la lucha por la vida, entre la factura del pasado y la apuesta por el futuro que no sólo las cautelas de un jibarizado Zapatero han quedado arrinconadas en todos los medios sino que hasta "El País" ha debido decidir la portada del Domingo en favor de uno de los dos bandos irreconcilibales formados en su seno y que ha tenido en la pelea Savater-Haro Tecglen su manifestación más ostensible.

Al apostar por Savater, es decir, por el pacto PP-PSOE, el diario polanquista sin duda halaga y sirve los deseos de la gran mayoría de sus lectores, pero deja en evidencia a los herreros, tusellones y ambronas, a los sectarios y las iglesias atrincherados en la SER, que son capaces de defender el Pacto de Estella como si fuera una postal de la UNICEF con tal de hacerle la guerra al PP y seguir bailándole el agua al nacionalismo. Eso sí: en los casos y despachos de la derecha alquilada, cobrándosela.

Por supuesto, los negocios de Polanco continuarán, pasarán más cosas hasta el 13 de Mayo y habrá que ver cómo se comporta el Imperio después de los resultados de ese día, pero el factor psicológico es esencial para encarrilar en un sentido u otro la campaña electoral. Y esta parece encarrilada. En el primer combate de las dos almas de la izquierda, González y Savater, el árbitro Polanco ha levantado la mano de Savater, vencedor por K.O. técnico. Habrá revancha.

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