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Francisco Cabrillo

Impuesto a los peregrinos

Tengo muy clara mi propuesta: deberíamos empezar a cobrar el impuesto a quienes acuden en peregrinación a la ermita del Rocío.

Los datos que se van conociendo sobre el déficit público español en el ejercicio 2009 son cada vez peores. Y todo indica que no van a mejorar mucho en el año próximo. Parece que estamos a las puertas de una fuerte subida de impuestos. Y es por ello preciso que los economistas nos esforcemos en encontrar nuevas fórmulas que permitan meter más dinero en las arcas públicas. Para lograr este objetivo tenemos un instrumento muy poderoso: el estudio de la historia. Los impuestos, en una u otra modalidad, son tan antiguos como la civilización. Y constituyen, por tanto, una fuente inagotable de ideas para el político, el recaudador y el estudioso de hacienda pública. Mi propuesta de hoy es un impuesto a los peregrinos. Es una idea original en la España actual, ciertamente; pero mentiría si me atribuyera méritos indebidos y dijera que fui yo quien la concibió.

La idea surgió en mi mente gracias a la lectura de un curioso folleto que publicó en Londres el año 1827 un misionero anglicano llamado James Peggs. Debo confesar que su título me fascinó desde el primer momento: El impuesto a los peregrinos en la India. Hechos y observaciones relativas a la práctica de gravar con impuestos a los peregrinos en diversas partes de la India, y de pagar una comisión a quienes lo recaudan para el culto en el gran templo de Orissa.

Como todo estudioso apasionado por un tema, investigué cuanto pude sobre el Sr. Peggs. Supe así que había sido misionero en Cuttack, en la región de Orissa, aunque nunca llegué a saber qué éxito había conseguido con sus prédicas y cuántos indios de la zona se habían convertido en anglicanos convencidos. Descubrí, además, que era autor de otras publicaciones, en las que denunciaba algunas costumbres de la India y los abusos que sufrían los más desfavorecidos por la fortuna. Se opuso así, con energía, a la esclavitud, al infanticidio y a que las viudas fueran quemadas en las piras funerarias de sus maridos. Aparentemente, por tanto, era un demócrata progresista, que diría Rodríguez Zapatero. Pero quitando horas de sueño, encontré en su obra otras cosas que –me temo– no gustarían a nuestro gran líder nacional: Peggs no era políticamente correcto. En vez de decir que la izquierda sería la salvación de la India, dejó escrito lo siguiente (y cito literalmente): "El dominio de Gran Bretaña en la India es la mayor bendición que ha recibido este país, sólo por debajo de la introducción del Evangelio".

Pero volvamos al tema importante. El misionero Peggs era muy crítico del impuesto que se cobraba a los peregrinos; ya que en su opinión tenía dos graves inconvenientes. El primero, que suponía un abuso bastante descarado sobre los pobres peregrinos; el segundo –más importante aún– que, el tributo permitía a los templos fomentar el culto y, por tanto –pensaba el clérigo– elevar así el estatus de la idolatría.Por tanto, nada positivo tenía, en su opinión, el impuesto.

En este punto tengo que mostrar mi desacuerdo con nuestro autor. Creo que Peggs tiene el gran mérito de haber descubierto para Occidente un tributo moderno progresista y un punto anticlerical. Pero no fue consciente de cuál podría ser el desarrollo del impuesto dos siglos más tarde; por ejemplo, si se implantara en la España del año 2009. Dar este paso es el principal objetivo de este artículo.

Tras haberlo pensado detenidamente, y estando convencido de las virtudes del nuevo impuesto, he llegado a la conclusión de que no sería buena idea empezar a cobrarlo desde el primer momento en todas las iglesias españolas a las que se suele ir en peregrinación. Las figuras tributarias nuevas no siempre son aceptadas como merecen en los primeros momentos. Es preciso, con frecuencia, esperar a que transcurra un tiempo hasta que la gente se convenza de sus ventajas. Por ello, suele ser una buena estrategia implantarlas, al principio, de forma experimental en sólo algunas circunscripciones. ¿Cuáles podrían ser éstas en España?

Tengo muy clara mi propuesta: deberíamos empezar a cobrar el impuesto a quienes acuden en peregrinación a la ermita del Rocío. Los argumentos para ello son sólidos y pueden ser aceptados sin mayor problema por cualquier experto en hacienda pública. En primer lugar, la base imponible es amplia, ya que son muchas las personas que peregrinan cada año al Rocío. Y, además, aunque no dispongamos aún de estudios econométricos precisos, cabe presumir razonablemente que la elasticidad de la demanda del producto es bastante reducida; es decir, el aumento de coste que supondría el pago del tributo no inclinaría a muchos fieles a no participar en la peregrinación.

Cuestión más discutible es la forma de fijar la tarifa. Es evidente que lo más sencillo sería establecer un impuesto de capitación, cobrando a todo el mundo la misma cantidad. Pero un buen funcionario de hacienda podría ir mucho más lejos e introducir criterios de reparto más progresistas. Por ejemplo, que el peregrino es marqués, un cincuenta por ciento más; que la peregrina sale en televisión, nos cuenta que es muy devota de la Virgen y se mete con ello un buen dinero en el bolsillo, un cien por cien más. En todo caso, no cabe duda de que se podría conseguir una recaudación sustanciosa.

Pero, ¿qué hacer con estos fondos? Los hindúes del siglo XIX los utilizaban para mantener los templos. Esto es, sin embargo, difícilmente aceptable en la España progresista de nuestros días. Por ello propongo la creación de una nueva institución de estudios sobre el laicismo, que tendría una doble ventaja. Por un lado, permitiría colocar a muchos amigos, lo que suele ser el objetivo principal de estas instituciones. Y, por otro, serían los propios fieles los que la pagarían. Se conseguiría así, además de recaudar dinero para el Estado, combatir cultos que no gustan al poder, punto en el que el reverendo Peggs y un gobierno progresista coincidirían, sin duda.

De momento es sólo una idea. Pero no me sorprendería verla pronto puesta en ejecución. ¿Puede alguien tener dudas de que la historia es maestra de la vida?

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