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Fundación Heritage

El aniversario del Obamacare

Esta reforma del sistema de salud se diseñó asumiendo cosas poco prácticas, modelos idealizados y perspectivas optimistas que nunca se materializarán. El Obamacare sólo traerá males mayores en los próximos años a menos que la deroguemos ya.

El miércoles se cumplió un año desde la aprobación de la ley sanitaria de Estados Unidos, más conocida como Obamacare y algunos de los aspectos menos notorios de la misma ya han entrado en vigor: regulaciones del mínimo de la tasa de pérdida médica (MLR) –diferencia entre la prima que usted paga y lo que la compañía de seguros le paga al médico–, el crédito fiscal para el seguro médico pagado por las pequeñas empresas, consorcios para asegurados de alto riesgo y mandatos de cobertura en compañías de seguros. Sin embargo, las peores partes de Obamacare no nos golpearán de lleno hasta 2014.

¿Qué ha logrado esta ley de salud durante el último año? Lo primero, como resultado de las nuevas leyes impuestas, las compañías de seguros no pueden limitar los beneficios vitalicios, ni pueden limitar los beneficios anuales de los planes colectivos.

Además de todo eso, ahora se permite que los jóvenes hasta los 26 años estén cubiertos dentro de las pólizas de seguro de sus padres. Este tipo de política ha dado lugar a subidas de las primas: BlueShield de Oregón atribuye al Obamacare 3.4 puntos porcentuales de su incremento del 17.1% en las primas y Celtic Insurance Company en Wisconsin y Carolina del Norte le atribuye 9 puntos porcentuales de su aumento del 18%.

En segundo lugar, el Obamacare ha impuesto nuevas leyes de cobertura infantil, exigiendo a las compañías de seguros que cubran a los asegurados sin tomar en cuenta las condiciones preexistentes. Lo que ha sucedido es que los aseguradores han abandonado el mercado al menos 34 estados y unos 20 estados ya no tienen ninguna compañía que ofrezca planes de seguros infantiles.

En tercer lugar, muchas compañías ya no pueden seguir ofreciendo los llamados planes "Mini-Med" (seguros con cobertura médica limitada). Y eso porque, según lo mencionado anteriormente, estos planes limitan los beneficios –y el Obamacare prohíbe limitar beneficios–. Esto ha provocado que se tenga que conceder más de mil dispensas que eximen de ciertos aspectos de Obamacare a estas empresas que lo solicitan. Quizá el caso más notable es el de McDonald's, empresa que amenazó con dejar de ofrecer cobertura médica a una gran cantidad de sus empleados hasta que finalmente se le concedió una dispensa.

Además, se suponía que el Obamacare iba a crear consorcios para asegurados de alto riesgo, ya que estas personas tienen dificultades para obtener un seguro médico. El 70% de los estados tenía esos consorcios antes de que se decretara la ley, pero el Obamacare ofrecía generosos subsidios al público para comprar cobertura en nuevos consorcios. Por tanto, la Oficina del Actuario en los Centros para Servicios Medicare y Medicaid estimaba que se afiliarían unas 375.000 personas a esos consorcios antes de diciembre de 2010. Pues bien, hasta finales de febrero de 2011, solamente 12.500 personas se han afiliado... cerca del 3% de su cálculo inicial.

Y éstos son sólo algunos de los muchos malos efectos que la nueva ley ha impuesto durante el último año. Esta reforma del sistema de salud se diseñó asumiendo cosas poco prácticas, modelos idealizados y perspectivas optimistas que nunca se materializarán. El Obamacare sólo traerá males mayores en los próximos años a menos que la deroguemos ya.

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