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La ambición dictatorial de Hugo Chávez

El año 2011 será testigo del fortalecimiento de la oposición democrática a pesar de las usurpaciones del poder legislativo de Chávez. Sus once años en el poder han desgastado a Venezuela como nación, pero no han extinguido la llama democrática.

Hugo Chávez continúa su marcha hacia el autoritarismo. En una inciativa para aumentar su ya excesivo poder ejecutivo, Chávez recibió la autorización para gobernar por decreto hasta mediados de 2012 de manos de una asamblea legislativa saliente controlada por leales chavistas. Esta maniobra se concreta en la víspera de la llegada de un nuevo cuerpo legislativo con el 40% de sus miembros representando a más del 50% por ciento de los votantes de Venezuela, que esperan debatir abiertamente sobre el futuro de Venezuela.

Chávez se jactaba diciendo: "No podrán hacer ni una sola ley, pitiyanquis" (al igual que Fidel Castro, Chávez considera que cualquier oposición a su forma revolucionaria y socialista es un acto de traición instigado por Estados Unidos). En respuesta a las críticas legítimas que ha despertado, Chávez dijo que la oposición se debería tomar "un valium, o algo similar. Si no, deberían ver a un psiquiatra para que les den algunas recomendaciones".

El legislativo chavista está de salida pero ya se ha dedicado a ampliar los ya extensos poderes de la presidencia para controlar el sistema bancario, amordazar a los medios de comunicación y seguir con un aluvión de confiscaciones y expropiaciones.También está trabajando para estrangular la ayuda externa a los grupos de derechos humanos, pro democracia y de la sociedad civil.

Los venezolanos saben lo que Chávez busca lograr: "Es un ataque brutal y sin anestesia contra la vida democrática", dijo el periodista Teodoro Petkoff de Venezuela. Es una "emboscada totalitaria... una emboscada navideña". Y agregó que "Chávez ha emprendido el camino de la dictadura". Incluso la administración Obama está dando muestras de cansancio ante el comportamiento antidemocrático de Chávez.

Parece que Chávez sabe encontrar formas nuevas y creativas para justificar sus poderes autocráticos. Lo que está haciendo aquí, creemos nosotros, es subvertir la voluntad del pueblo venezolano. Como la Carta Democrática Interamericana subraya, la separación de poderes y la independencia de los poderes del Gobierno son elementos esenciales de la democracia representativa. Un legislativo independiente tiene un rol esencial en el sistema político para hacer cumplir los principios expresados en esta Carta.

En septiembre, millones de venezolanos ejercitaron su derecho democrático de votar en las elecciones legislativas. El nuevo legislativo asumirá su cargo el 5 de enero y debería tener la capacidad de contribuir al proceso político en Venezuela.

Cuando el Departamento de Estado dijo que seguiría adelante con el envío del embajador Larry Palmer a Caracas una vez que el Senado de Estados Unidos aprobase su nombramiento, Chávez dio una bofetada pública a Palmer, a la administración Obama y a Estados Unidos. Respecto a Palmer dijo que habrá que "agarrarlo, brindarle un café de mi parte y decirle: bye, bye". Y Venezuela siguió adelante retirando formalmente su aceptación previa de Palmer como embajador.

El año 2011 será testigo del fortalecimiento de la oposición democrática a pesar de las usurpaciones del poder legislativo de Chávez. Sus once años en el poder han desgastado a Venezuela como nación, pero no han extinguido la llama democrática. Amasar respaldo doméstico e internacional en pro del Gobierno democrático y de la libertad política en Venezuela debería ser una prioridad seria para la política de Estados Unidos y del nuevo Congreso americano.

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