"Florece donde estés plantado".
No sé quién lo dijo primero, pero nunca olvidaré quién me lo dijo primero a mí. Fue mi madre. Era una exhortación para que mirara a mi alrededor las oportunidades y necesidades a mi alcance, y que las aprovechara. Su mensaje era claro: si uno florece allí donde esté plantado, cosas hermosas, inesperadas pueden suceder.
Ésta es la historia de la gobernadora Sarah Palin. Lo que la hace absolutamente atractiva a los ciudadanos de a pie en todo el país, tanto a los jóvenes y a los no tan jóvenes, es que ella no iba buscando grandeza "por ahí". Más bien, buscaba causar un impacto positivo en la vida de la gente con la que tenía contacto, y al obrar así, la grandeza la encontró a ella.
¡Qué historia más fascinante! Primero trabajó media jornada como entrenadora de baloncesto para alumnos de bachillerato, luego como miembro de una asociación de padres, después llegó a la alcaldía de su pequeño pueblo, luego fue líder del Gobierno estatal hasta finalmente llegar a tener a su alcance la segunda posición más poderosa del mundo libre. A diferencia de otros que han pasado antes que ella, calculando y planificando cada paso para llegar a la cima del éxito, Sarah Palin hizo lo que era lo correcto y un día se despertó y descubrió que la habían elevado al pináculo del poder.
Sarah Palin no sólo floreció en sus circunstancias personales, sino que también se resistió a marchitarse cuando tuvo que enfrentarse a un intenso dolor personal. Cuando le dieron la noticia de que el bebé que estaba esperando sería algo menos que perfecto, ella amó y alimento al hijo que crecía en ella, reconociendo que, en la economía de Dios, cada vida inocente tiene un potencial ilimitado y un valor infinito.
Y, de nuevo en el mismo año, mientras se mantenía como gobernadora y estrella en alza, cuando tuvo que enfrentarse a esa realidad demasiado común de tener una hija adolescente embarazada, Palin nuevamente eligió los principios por encima de la conveniencia.
Debido a que Sarah Palin fue fiel a sus valores en su propia vida, ahora es una campeona nacional de los oprimidos, los "descartables", los desamparados y los abatidos. Ella ha demostrado al mundo el poder de la esperanza, el perdón y la salvación.
Estados Unidos está lleno de Sarah Palins que se dan, se sacrifican y llenan de amor y apoyo a sus comunidades y familias, incluso en los momentos más difíciles. Muy pocos entre ustedes serán sacados de sus ciudades natales para elevarles a una posición nacional de tan alta responsabilidad como la que se le ha confiado a Palin. Pero usted añadirá color, belleza y fragancia a los campos en los que crezca. Ojalá la historia de Sarah Palin nos recuerde a todos que Dios honra a aquellos que aman y sirven a los demás. Dios quiera que su éxito nos inspire a mirar primero en nuestras propias comunidades en busca de oportunidades para cambiar el mundo.
©2008 The Heritage Foundation
* Traducido por Miryam Lindberg
Rebecca Hagelin es Vicepresidenta de Comunicaciones y Marketing de la Fundación Heritage y dirige la página web HomeInvasion.org.