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Fundación Heritage

La UE sermonea sobre derechos humanos a EEUU

La condescendiente declaración de la jefa de política exterior de la Unión Europea refleja la distorsionada perspectiva mundial de Bruselas que trata a Estados Unidos como si fuera una tiranía del Tercer Mundo.

Hace un par de semanas escribí revelando que la Unión Europea ha estado dando millones de euros a grupos contrarios a la pena de muerte en Estados Unidos. Como comentó el Wall Street Journal en un editorial acerca de mi columna en el Daily Telegraph:

Puede que los países europeos necesiten rescates financieros urgentes, pero a ustedes le complacerá saber que a la Unión Europea le sobra el dinero para promover los derechos humanos y la democracia... en Estados Unidos. No es broma.

Los estados de Estados Unidos son libres para escoger sus propios códigos penales los cuales varían extensamente y cambian a medida que los hechos y los valores públicos van evolucionando. Europa jamás permitirá un debate semejante dentro de sus fronteras, pero siente el impulso moral de gravar a sus propios ciudadanos para promover un lado del debate en América. Europa no puede encontrar el dinero para pagar su justa parte en la OTAN pero sí que puede encontrar fondos para acosar verbalmente en derecho penal a su principal benefactor de defensa. Es por eso que cada vez menos americanos se toman seriamente a Europa.

Uno de esos grupos americanos que recibe financiación de la Unión Europea es la sucursal en Illinois del Centro de Información sobre la Pena de Muerte, al que se donó 193.443 euros en 2009 "para que cambiara el rumbo del debate sobre la pena de muerte".

Illinois suprimió la pena de muerte la semana pasada, convirtiéndolo en uno de los 16 estados en Estados Unidos que prohíben la práctica, en contraste con los 34 estados que la conservan. Huelga decir que la baronesa Ashton, la alta representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores utilizó inmediatamente la ocasión para sermonear a Estados Unidos sobre "el desarrollo progresivo de los derechos humanos", afirmando en una declaración el 11 de marzo:

La Unión Europea felicita al Gobernador y a la legislatura estatal de Illinois por esta decisión histórica que convierte a Illinois en el décimosexto estado en Estados Unidos que elimina la pena de muerte.

La Unión Europea tiene la gran esperanza de que esta decisión anime a otros estados de Estados Unidos a seguir el ejemplo y que se unan a un creciente movimiento nacional y mundial en favor de la abolición del uso de la pena capital.

La Unión Europea considera que la abolición de la pena de muerte contribuye a realzar la dignidad humana y al desarrollo progresivo de los derechos humanos. La Unión Europea reafirma su objetivo de trabajar en pro de la abolición universal de la pena de muerte.

No debería sorprendernos pues que la Unión Europea, que tiene un respeto nulo por la soberanía de sus propios estados miembros, intente entrometerse en los asuntos de una gran democracia como la de Estados Unidos. La baronesa Ashton claramente tiene mayor interés en atormentar al pueblo americano que en condenar el régimen brutal del coronel Muamar Gadafi.

La condescendiente declaración de la jefa de política exterior de la Unión Europea refleja la distorsionada perspectiva mundial de Bruselas que trata a Estados Unidos como si fuera una tiranía del Tercer Mundo que necesita la iluminada guía de Europa. Después de todo, el Instrumento para la Democracia y los Derechos Humanos de la Unión Europea, que donó casi un millón de dólares al Colegio de Abogados de Estados Unidos para su campaña contra la pena de muerte, se dedica a "aumentar el respeto por los derechos humanos y las libertades fundamentales en países y regiones dondeestán en mayor peligro".

Una de muchas diferencias manifiestas entre la Unión Europea y Estados Unidos es que los funcionarios de Estados Unidos tienen que rendir cuentas al pueblo americano, cuyas leyes son elaboradas por los representantes elegidos conforme a una constitución que de hecho proteje la libertad individual de sus ciudadanos en lugar de usurparla. El desprecio de la Unión Europea por la postura de Estados Unidos respecto a la pena de muerte es sólo la más reciente muestra del desdén de Bruselas para con la democracia, la soberanía nacional y la responsabilidad política. Si apparatchiks no electos como la baronesa Ashton se preocupan tanto por los derechos humanos, quizá deberían usar algo de su tiempo en analizar la carencia de libertad política que existe dentro de la mismísima Unión Europea.

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