Menú
Fundación Heritage

Los progresos de la defensa antimisiles

La cooperación para la defensa marítima antimisiles con Japón se ha acelerado enormemente desde que Corea del Norte disparó sus misiles de prueba sobre el Mar de Japón, algo que tuvo un notable efecto aleccionador en la oposición local al programa.

Helle Dale

La semana pasada trajo buenas noticias; un desafortunado conflicto entre Estados Unidos y uno de sus mejores aliados en Europa promete resolverse. Después de reuniones con funcionarios en Washington, el ministro de Asuntos Exteriores de Polonia, Radek Sikorski, alcanzó en principio un acuerdo entre los gobiernos norteamericano y polaco sobre los planes para instalar un sistema de defensa antimisiles americano en territorio polaco; un pacto que responde a las inquietudes polacas en asuntos de seguridad. Es un importante paso adelante en un asunto que se había quedado peligrosamente atascado y que se había convertido en un serio problema entre aliados cuya estrecha relación antecede la caída del Muro de Berlín.

Que haya progreso es crítico para proteger a Europa y a Estados Unidos contra un ataque de misiles de largo alcance. Las instalaciones de radar existentes en el Reino Unido y Groenlandia están involucradas en el proyecto, así como el radar previsto en la República Checa y los interceptores que se instalarán en Polonia. Está claro que la defensa antimisiles aumentará los niveles de cooperación transatlántica en un momento en el que estas relaciones están en tensión debido a las ambiciones de la Unión Europea de crear una identidad separada de defensa.

Ronald Reagan acogió la idea de una defensa antimisiles hace más de un cuarto de siglo. Mientras Estados Unidos construye lentamente sus propias defensas terrestres antimisiles, con interceptores primero en Alaska y en California, la ampliación de la defensa antimisiles en Europa ha tenido un inicio complicado. (Hay que señalar que la cooperación para la defensa marítima antimisiles con Japón se ha acelerado enormemente desde que Corea del Norte disparó sus misiles de prueba sobre el Mar de Japón, algo que tuvo un notable efecto aleccionador en la oposición local al programa.)

Los europeos todavía tienden a caer en el hábito histórico de apaciguar a Rusia y exigir saber contra quién están siendo protegidos. La respuesta es que hoy la amenaza de ataque de misiles no viene de Rusia, sino de una lista de países mucho más diversos que durante los días de la Guerra Fría. Los países en Oriente Próximo, especialmente Irán, así como buscapleitos como Corea del Norte se están armando con misiles de mediano y largo alcance. Hace 25 años, sólo 9 estados tenían misiles balísticos, hoy son 27. Nueve países tienen armas nucleares y muchos más intentan obtenerlas.

Tanto el Gobierno checo como el polaco se han atrevido a dar el paso, mientras que otros europeos, especialmente los alemanes, siguen sintiéndose nerviosos sobre cualquier movimiento que pudiera irritar al Gobierno ruso. En Polonia, el hecho de que el Gobierno anterior fuera incapaz de conseguir suficientes garantías de seguridad del Gobierno americano se convirtió en parte del desencanto con su actuación, de modo que el nuevo Ejecutivo se ha inclinado a adoptar una línea más dura. En ambas negociaciones, Sikorski ha sido un actor clave, primero como ministro de Defensa y ahora como ministro de Relaciones Exteriores.

Los polacos han hecho los deberes para conseguir un mejor acuerdo con Estados Unidos, y según se informa están considerando la posibilidad de esperar a la nueva administración para cerrar el trato. Sin embargo, este cálculo se ha visto ciertamente minado por el hecho de que si el siguiente inquilino de la Casa Blanca es un demócrata, la defensa antimisiles puede enfrentarse a momentos difíciles. El Congreso demócrata ya ha cortado fondos de financiación para el desarrollo del emplazamiento en Europa. Si las negociaciones entre el gobierno de Estados Unidos y Polonia fracasan, esto podría tener como consecuencia que también caiga el Gobierno checo, que si ha cumplido con su parte del trato.

 

El camino hacia una defensa antimisiles eficaz sigue siendo largo, pero los acontecimientos de la semana pasada al menos han dejado abierta la posibilidad de que llegue a buen puerto. Hay que resaltar que la bravata rusa sobre que el sistema es dirigido contra ellos no es nada más que eso, ya que la trayectoria de los interceptores los hace ineficaces contra los misiles rusos. Los críticos europeos incluso han recurrido al disparatado argumento de que eso podría marcar una diferencia marginal que haría que los misiles rusos fueran menos efectivos, algo que hace que uno se pregunte de qué lado están en realidad.

El hecho sigue siendo que esta defensa antimisiles es puramente defensiva. Reagan sabía darle al clavo cuando se trataba de difíciles asuntos de política. Una vez, cuando estaba discutiendo con sus expertos en control de armas la vulnerabilidad americana ante un ataque de misiles intercontinentales, atacó el problema de esta forma: "¿Por qué no nos ponemos un casco?"

 

Es una imagen brillante. Un casco es algo íntegramente protector; nuestros soldados los usan. Al igual que nuestros atletas y nuestros niños cuando van en bicicleta. Un casco no es en absoluto una amenaza para los demás.

©2008 The Heritage Foundation
* Traducido por Miryam Lindberg

Helle Dale es directora del Centro Douglas y Sarah Allison para Estudios de Asuntos Exteriores y de Defensa de la Fundación Heritage. Sus artículos se pueden leer en el Wall Street Journal, Washington Times, Policy Review y The Weekly Standard. Además, es comentarista de política nacional e internacional en CNN, MSNBC, Fox News y la BBC.

En Internacional

    0
    comentarios