Menú
Fundación Heritage

Rice enamora a Europa

Bush y Rice han sido muy elocuentes en su poderosa visión sobre la política exterior americana, basada en la expansión de la libertad, y como visión competidora es duro para los tecnócratas europeos siempre mucho más cautelosos

Helle Dale

Los europeos son conocidos por saber valorar el estilo más que la sustancia. Pero en la Secretaria de Estado Condoleezza Rice han hallado ambas cosas.
 
Toda la semana pasada, durante su visita oficial como la jefa de la diplomacia americana, Miss Rice encandiló a los viejos cascarrabias europeos con estilo, elegancia, aplomo, combinado con su gran inteligencia y la autoridad que se deriva de tener toda la confianza del presidente de Estados Unidos. Hasta dio su primer gran discurso sobre relaciones exteriores, en París por si fuera poco!
 
Al compás de grandes aplausos, Miss Rice dijo el martes en Francia que es hora de olvidarnos de antiguas rencillas. "Llegó la hora de abrir un nuevo capítulo en nuestras relaciones y en nuestra alianza". Su discurso, que se realizó en el Institut d´Etudes Politiques de París, hacía un llamamiento por la libertad del mundo árabe.
 
En el curso de un enormemente exitoso viaje, durante el cual Rice se las arregló para verse con los líderes del Reino Unido, Alemania, Polonia, Turquía, Israel, la Autoridad Palestina, Italia y Francia, la nueva Secretaria de Estado reorganizó las piezas del accidentado panorama transatlantico e insufló oxígeno a las negociaciones palestino-israelíes.
 
Desde su nombramiento, los europeos han sentido gran curiosidad pero también muchas sospechas  sobre lo que podían esperarse de Rice. La mayoría se sentía angustiado por el solo hecho que Bush hubiese sido reelegido en primer lugar y porque el ex secretario Colin Powell era considerado como la única persona cuerda de la Administración Bush. La noticia de su renuncia fue recibida con lágrimas y rechinar de dientes.
 
Como Consejera de Seguridad Nacional, Rice no había tenido un papel público dando discursos y en el mejor de los casos era alguien casi desconocido para las agencias de noticias europeas. En el peor de los casos, simplemente se decía que asentía a cualquier cosa que dijera el presidente Bush. Las esperanzas que la política exterior americana se "moderara" alternaban con el miedo histérico del dominio "neocon" en la cobertura mediática.
 
Pocos en Europa parecían entender que, como la arquitecta de la política exterior del presidente durante su primer mandato, incluyendo la Estrategia de Seguridad Nacional de 2002, las ideas y recomendaciones políticas de Rice estaban a la vista de todo el que quisiera ver.
 
(Es muy interesante ver que los del Partido Demócrata repetían el mismo error europeo, o sea, verla condescendientemente durante la confirmación de su cargo. Como bien apuntó Colbert King en el Washington Post : La actuación de los progresistas Barbara Boxer y Ted Kennedy... ¿tratarla como si fuera un marioneta sin cerebro controlada por Bush? ¿A qué venía eso?...)

Especialmente impresionante es el hecho que Rice defienda cerradamente los principios americanos y su política, dicho en palabras claras y directas pero con una sonrisa y que esto sea causa de exámen de conciencia en las capitales europeas. Como afirmó en su primera visita a Londres: "No puede haber ausencia de contenido moral en la política exterior americana. A los europeos les entra la risita floja cuando oyen esto, pero nosotros no somos europeos, somos americanos y tenemos principios diferentes".
 
Bush y Rice han sido muy elocuentes en su poderosa visión sobre la política exterior americana, basada en la expansión de la libertad, y como visión competidora es duro para los tecnócratas europeos siempre mucho más cautelosos. (El candidato presidencial demócrata tuvo el mismo problemilla)

El instinto europeo es negociar y evitar la confrontación a cualquier precio. (Esto es de alguna manera comprensible después de su experiencia con las dos guerras mundiales en territorio europeo). Pero cuando es hora de actuar y corregir lo malo, la responsabilidad de liderar recae en Estados Unidos. Durante su viaje europeo, Rice dejó muy claro que esa es la división de trabajo que hay entre europeos y americanos, que es real y que así seguirá.
 
El éxito de las elecciones en Irak el domingo pasado dio satisfacción e ímpetu a la visión Bush-Rice. Hasta el Canciller alemán Gerhard Schroeder, que ganó las elecciones oponiéndose a la guerra en Irak, afirmó el viernes en una conferencia de prensa junto a Rice que: "Con independencia de lo que uno haya pensado de la intervención en Irak anteriormente, Alemania está prestísima ... a ayudar a Irak a que vaya camino de ser una sociedad estable y esperanzadoramente democrática".
 
"No es raro ver cómo la dulzura y la luz rezuman por todos sitios y eso que la primavera aun no ha llegado. Los iraquíes van a votar... Estados Unidos y Europa de pronto no pueden vivir el uno sin la compañía del otro..." escribía el periódico británico The Independent.
Esto no significa que no haya temas difíciles entre nosotros. Cuando el presidente Bush llegue a Europa a finales de febrero, el programa nuclear iraní estará en la agenda.  Así como los planes europeos de levantarle el embargo de armas a China, a lo que Washington se opone con fiereza.

©2005 Washington Times.
©2005 Traducido por Miryam Lindberg.
 
Helle Dale es directora del Centro de Estudios de Asuntos Exteriores y de Defensa de la Fundación Heritage. Sus artículos se pueden leer en The Wall Street Journal, The Washington Times, Policy Review y The Weekly Standard. Además, es comentarista de política nacional e internacional en CNN, MSNBC, Fox News y BBC.

En Internacional

    0
    comentarios