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Gabriel Calzada

Jugando a ser dioses

Lluvia de millones sobre Marruecos, Egipto y Jordania provocada por la Comisión Europea en el marco del Programa Meda. ¿Para qué? Para desarrollarles, para que puedan salir de la pobreza, para que sus economías se asemejen más a la europea. Y usted se preguntará: ¿Es que no pueden salir solos? ¿Es que son tontos y no saben satisfacer paulatinamente más y más necesidades, es decir, progresar –en el sentido aún no corrompido del término? ¿Es que acaso quieren y necesitan una sociedad más redistribuidora?
 
El Programa Meda y todo el fomento europeo al desarrollo es una tomadura de pelo. Por un lado, se asfixia a los individuos que tratan de salir adelante con aranceles a los productos intensivos en trabajo, la PAC o la legislación anti-dumping. Por el otro, se organiza el gran show en el que los políticos y altos burócratas europeos aparecen como salvadores de millones de almas, a través de subsidios, a los gobiernos de ciudadanos previa y convenientemente estrangulados.
 
Pura e inmoral hipocresía. El agresionismo –que no proteccionismo– europeo es causa indirecta de miles de muertos cada día. 6600 según un reciente estudio del CNE. 6600 que dejarían de morir en el mundo cada día si el megaestado europeo abandonase su injusta y obscena política.
 
Eso sí, se aprieta y se ahoga, pero de vez en cuando se hace como si se aflojase. No sea que vayan a morir todos. Se les despoja de su derecho a ganarse la vida intercambiando pacíficamente el fruto de su trabajo con los ciudadanos europeos. Pero antes de que mueran demasiados –en términos mediáticos y, en última instancia, de votos, claro está– se le da a sus gobiernos lo que previamente le ha sido quitado a los honrados individuos europeos. Se le quita al europeo pobre para darle al rico del tercer mundo. Menuda solución. Tremenda farsa solidaria.
 
Y, por supuesto, ni hablar de eliminar esa injusta maraña legislativa europea. Ni hablar de más mercado. Ni hablar de más libertad. La solución es dar más fondos, extraídos mediante coacción del ciudadano de a pie, a las Organizaciones Neo-Gubernamentales (ONG) que odian al mercado y aman a los políticos intervencionistas y los aparatos estatales. Debe procurarse dejar algo para las asociaciones (culturales) de muyahidines residentes en Europa, que como también odian el mercado, pueden contribuir a encontrar una solución. ¿Por qué no, si –a excepción de la occidental– todas las culturas son igualmente válidas?
 
Lluvia de millones sobre Marruecos, Egipto y Jordania hoy. Mañana le tocará a otros gobiernos. Los socialistas de izquierda aplauden, los socialistas de derechas les siguen, las ONG aplauden, los medios de intoxicación aúllan y los políticos saludan desde lo alto del escenario. Ahogan por la mañana y salvan vidas por la tarde. Juguetean a ser dioses. Interpretan su papel: Dioses paganos, dioses perversos. Pero detrás de sus vestimentas no hay mas que ególatras liberticidas que empobrecen al ciudadano europeo y, lo que es aún más triste y miserable, al desdichado ciudadano de los países pobres. ¡Que acabe la función!
 
 
Gabriel Calzada es representante del CNE para España

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