Menú
GEES

Al Qaida sin Bin Laden

"Murió el perro, no la rabia" decíamos cuando el tránsito de Bin Laden de Abbottabad a las profundidades marinas. Al cumplirse un año del evento, Al Qaida sigue viva y colea casi igual que antes del fallecimiento de su fundador.

"Murió el perro, no la rabia" decíamos cuando el tránsito de Bin Laden de Abbottabad a las profundidades marinas. Al cumplirse un año del evento, Al Qaida sigue viva y colea casi igual que antes del fallecimiento de su fundador. Los años precedentes no habían sido los más fecundos y se suponía que los rigores de la clandestinidad hubieran reducido al líder carismático a un símbolo todavía emocionalmente poderoso pero con escasa posibilidad de ejercer una dirección efectiva. El importante archivo de papeles y soportes informáticos encontrados revelaron que sus contactos con la cúpula eran más estrechos de lo que se había creído pero que desde luego los canales de mando y control distaban mucho de ser rápidos y ágiles.

El tesoro de información recogido permitió aumentar los ataques con aviones dirigidos a distancia (los drones o zánganos), que se han llevado por delante a varios de los principales dirigentes y habrán obligado a todos a cambiar de emplazamiento e intensificar las medidas protectoras. Este medio que se inició con Bush y que Obama ha hecho bastante más que doblarlo en número y respaldo legal es mucho más selectivo que los bombardeos convencionales e implica muchos menos daños colaterales, pero, claro está, no los elimina. La izquierda americana, que hubiera crucificado a una administración conservadora por echar mano de este recurso, sólo ha emitido muy ligeros ronroneos de protesta y prefiere decididamente los cadáveres así producidos a la vital información que se puede obtener de los interrogatorios, incluso de los más convencionales, siendo los llamados métodos reforzados que se utilizaron en la primera parte de la primera administración Bush, los que tras un largo y minucioso seguimiento llevaron a Abbottabad. Precisamente es esta pérdida de inteligencia la principal objeción estratégica que se le puede hacer a la eficacia de tan aséptico método.

Ni con Bin Laden ni sin él ha conseguido Al Qaida un nuevo éxito de envergadura en Europa o en los Estados Unidos, aunque no ha dejado de intentarlo, y es esta incapacidad una de las principales medidas de su limitación actual. Otra ha sido durante meses el olvido que de sus servicios hizo la primavera árabe en su desencadenamiento, si bien a estas alturas cabe pensar que el curso de los acontecimientos le ha creado oportunidades que pueden incrementarse en el futuro. Desde luego en Siria, en la que están entrando yihadistas desde Irak. Sin duda el régimen exagera su importancia para asustar a las monarquías árabes y a los occidentales, pero quizás la más relevante novedad en el desesperanzado proceso sirio es la aparición de ataques con Artefactos Explosivos Improvisados contra objetivos gubernamentales. En el propio Irak, Al Qaida vuelve a ejercitar sus especialidades asesinas cada vez con más éxito y fervor.

La cosa es todavía más clara en el Yemen, que ya antes de la muerte del líder era la principal rama de la mortífera cofradía. Se consolida en la vecina Somalia y no amaina en las Tierras Islámicas del Magreb. Colea todavía y colea bastante.

En Internacional

    0
    comentarios