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Bono, Clausewitz y la Armada española

Las decisiones de Bono no tienen a la defensa en su punto de mira, sino al PSOE y al PP, cuando no a sí mismo

Aunque no se haya leído al gran pensador de la guerra Karl von Clausewitz, todo el mundo reconoce su frase “la guerra es la continuación de la política por otros medios”. El ministro Bono también. Aunque para él, en realidad, no es la guerra sino la defensa lo que es la continuación de la política por otros medios. Ejemplo 1: persuadir a Eurocopter que abandone sus planes de fabricar el Tigre en sus factorías de Madrid y que abran una nueva para tal fin en Albacete. Por un lado se prosigue de manera oblicua el acoso del gobierno central al de la Esperanza Aguirre, a la vez que se premia la región a la que tanto le debe José Bono, Castilla-La Mancha. Ejemplo 2: el pasado viernes, a propuesta de Bono el Consejo de Ministros aprobaba un paquete de modernización de las fuerzas armadas, con un fuerte componente naval, cuya carga de trabajo, a nadie se le oculta, iría a parar a Galicia, justo en unos momentos donde se dirime el resultado de las elecciones autonómicas convocadas por Manuel Fraga. Si además se sabe que la Armada española ni necesita ni quiere una nueva, la quinta, fragata F-100, porque no tiene tripulaciones suficientes, se entiende claramente la intencionalidad política de José Bono, utilizando el departamento que dirige a favor de su partido socialista.
 
Efectivamente, la Armada española no necesita como un requisito operativo la quinta fragata F-100. De hecho, no entraba en sus planes dotarse con ese buque. Por dos razones. Una, porque la política marítima del actual gobierno no es potenciar una flota oceánica, ni una capacidad de golpear a tierra desde el litoral y, por tanto, con las fragatas Santa María y las cuatro F-100 quedan plenamente cubiertos los objetivos estratégicos navales españoles. La segunda, porque la Armada sufre un déficit de personal que le está obligando a amarrar buques al no contar ni con marineros ni a veces con oficiales suficientes. El tiempo de operaciones de los últimos años, así como la expansión de sus plataformas ha desmotivado el ingreso y la retención del personal de la Armada. La quinta F-100 no puede ir sino en la dirección de agravar este problema. Piénsese que el objetivo de personal fijado por el Cuartel general de la Armada es contar con 15.800 efectivos y que hoy por hoy sólo tiene unos 11.000. Un déficit demasiado grande como para que pueda cubrirse en poco tiempo.
 
Las decisiones de Bono no tienen a la defensa en su punto de mira, sino al PSOE y al PP, cuando no a sí mismo. Ejemplo 3: el engatusamiento realizado sobre Rajoy acerca de la nueva Ley de Defensa Nacional, aceptando todas las enmiendas propuestas por el PP a cambio de que su imagen personal, como ministro que cuenta con los apoyos más amplios para sacar adelante sus proyectos. Lo que temía Bono era hacer el ridículo si su Ley no salía adelante o que quedara tan desfigurara por los socios de su gobierno, como ERC, que fuera impresentable ante sus militares. Ahora ya cuenta con el PP para legitimar su aura. Que le hayan dado la vuelta al espíritu de su texto no parece haberle importado mucho.

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