L. D.- La “nueva guerra” de los Estados Unidos contra el terrorismo se librará con un secreto sin precedentes. Los planes de las posibles acciones militares han sido divididos en muchas secciones para garantizar que la menor cantidad de gente posible tenga acceso a ellos, según dijeron fuentes del Pentágono a la CNN .
El gobierno del presidente George W. Bush ha decidido ser muy delicado incluso con la información de rutina, ya que podría ser útil para los terroristas, según Diana Molineaux , analista de Libertad Digital en Washington. Este mismo lunes, Bush declaró: “Quiero dejar claro a los estadounidenses que este gobierno no hablará sobre los planes que tenga o no tenga” porque “no pondremos en peligro en modo alguno a nadie que lleve el uniforme de Estados Unidos”.
Hasta la página web del Pentágono está congelada desde el pasado martes 11 de septiembre, cuando se produjeron los ataques terroristas en Norteamérica. No se debe al colapso que sufrió el ala oeste del edificio, sino a que el Departamento de Defensa ha decidido guardar un silencio absoluto sobre los preparativos de la “nueva guerra”. De hecho, la información que se publica ahora en su página de Internet no está actualizada y la ubicación de los buques de guerra de EEUU está refrescada a 10 de septiembre, sin que se hayan registrado nuevos cambios posteriores.
Además, según CNN, el Pentágono no planea permitir que los periodistas acompañen a las tropas que se desplieguen o informen desde los navíos de guerra, prácticas que fueron comunes durante la Guerra del Golfo en 1991. Esta misma cadena televisiva afirma que el Departamento de Defensa maneja dos opciones en caso de acción militar: una de ellas incluiría ataques aéreos contra los países que apoyan a los terroristas, mientras que la otra contemplaría el uso de fuerzas especiales para capturar o matar a los líderes terroristas, como Osama ben Laden.
Pero lo cierto es que los planes de acción actuales son secretos y no han sido compartidos más que con algunos países aliados, y no con todos. Fuentes de la OTAN confirmaban recientemente que el diseño de la operación antiterrorista está siendo muy complejo, pues contemplará bombardeos aéreos, intervención de comandos de elite y despliegue de agentes especiales por diferentes países –y no sólo Afganistán– para capturar y desmantelar otras organizaciones terroristas vinculadas a los atentados de EEUU.
Sin embargo, el hermetismo del Pentágono se debe, sobre todo, a que los terroristas no tienen la capacidad de reunir información de inteligencia que sí poseen los países, y por tanto su conocimiento del enemigo se limita a lo que dicen los medios de comunicación.
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- Departamento de Defensa USA
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El gobierno del presidente George W. Bush ha decidido ser muy delicado incluso con la información de rutina, ya que podría ser útil para los terroristas, según Diana Molineaux , analista de Libertad Digital en Washington. Este mismo lunes, Bush declaró: “Quiero dejar claro a los estadounidenses que este gobierno no hablará sobre los planes que tenga o no tenga” porque “no pondremos en peligro en modo alguno a nadie que lleve el uniforme de Estados Unidos”.
Hasta la página web del Pentágono está congelada desde el pasado martes 11 de septiembre, cuando se produjeron los ataques terroristas en Norteamérica. No se debe al colapso que sufrió el ala oeste del edificio, sino a que el Departamento de Defensa ha decidido guardar un silencio absoluto sobre los preparativos de la “nueva guerra”. De hecho, la información que se publica ahora en su página de Internet no está actualizada y la ubicación de los buques de guerra de EEUU está refrescada a 10 de septiembre, sin que se hayan registrado nuevos cambios posteriores.
Además, según CNN, el Pentágono no planea permitir que los periodistas acompañen a las tropas que se desplieguen o informen desde los navíos de guerra, prácticas que fueron comunes durante la Guerra del Golfo en 1991. Esta misma cadena televisiva afirma que el Departamento de Defensa maneja dos opciones en caso de acción militar: una de ellas incluiría ataques aéreos contra los países que apoyan a los terroristas, mientras que la otra contemplaría el uso de fuerzas especiales para capturar o matar a los líderes terroristas, como Osama ben Laden.
Pero lo cierto es que los planes de acción actuales son secretos y no han sido compartidos más que con algunos países aliados, y no con todos. Fuentes de la OTAN confirmaban recientemente que el diseño de la operación antiterrorista está siendo muy complejo, pues contemplará bombardeos aéreos, intervención de comandos de elite y despliegue de agentes especiales por diferentes países –y no sólo Afganistán– para capturar y desmantelar otras organizaciones terroristas vinculadas a los atentados de EEUU.
Sin embargo, el hermetismo del Pentágono se debe, sobre todo, a que los terroristas no tienen la capacidad de reunir información de inteligencia que sí poseen los países, y por tanto su conocimiento del enemigo se limita a lo que dicen los medios de comunicación.
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