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Europa acaba en los Pirineos

Se mire el parámetro que se mire, con Aznar España fue más respetada, nuestro país resultó más determinante en las políticas de la UE y obtuvo mayores beneficios de ser miembro que con todos los años de sonrisas de Zapatero.

Durante muchos años, décadas, los españoles anduvimos resignados a aquella gracia francesa de que Europa se acaba en los Pirineos. Con Aznar se enterró ese mito, pero por poco tiempo. Rodríguez Zapatero ha vuelto a poner a España donde muchos europeos nos han querido ver siempre: en un lugar secundario, con un actitud sumisa y bailando al son de cualquiera menos de nuestros intereses.

La última semana no ha podido ser más reveladora. Según el diario El País, primero fue la historia de que Sarkozy andaba patrocinando la candidatura de Felipe González para presidente de la Unión. Se supone que por la experiencia del político español (bastante dudosa según El Mundo y mucha gente), aunque también cabía explicar ese supuesto entusiasmo del presidente galo por su gusto en rodearse de personajes de izquierda, distanciados de sus partidos y con poco poder real, lo que les haría más que dependientes del favor del Elíseo. Como sabemos, esta historia tuvo pocos vuelos.

No contentos con los globos sondas, El País volvió a la carga con su amplia historia de por qué Moratinos podía y debía ser el sucesor de Solana como nueva cara de la diplomacia europea. Quien leyese sus páginas de los días 18 y 19 lo tendría que dar por hecho y consumado, tales eran las cualidades que aportaría al cargo el actual ministro de Exteriores de Zapatero. Para desgracia de El País, tampoco pudo ser y en su lugar se ha designado a una británica cuya mayor fortuna es resultar del todo desconocida.

Pero hubo más. Una vez sabido que ni Felipe, ni Solana, ni Moratinos, ni ningún español ocuparía puesto alguno de relevancia (y que la continuidad de Almunia está en entredicho), El País nos viene a contar el papel indispensable que supuestamente jugó el presidente español a la hora de hacer aceptable la designación de la baronesa británica. Tal es su ascendencia sobre la izquierda europea y sobre la derecha reinante en la UE. Pero tampoco es verdad.

La verdad es pura y llanamente que Rodríguez Zapatero, como venimos explicando desde hace demasiado tiempo, no ha conseguido mejorar la posición de España en el seno de la UE, por mucho que se hartase de aquello de volver al corazón de Europa. Se mire el parámetro que se mire, con Aznar España fue más respetada, nuestro país resultó más determinante en las políticas de la UE y obtuvo mayores beneficios de ser miembro que con todos los años de sonrisas de Zapatero.

Y es que con Rodríguez Zapatero sólo nos queda aceptar como válido aquello contra lo que hemos luchado durante años, que Europa acaba en los Pirineos.

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