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GEES

Gestión ineficaz

¿Qué nivel de seguridad y defensa queremos alcanzar y qué volumen de recursos son necesarios para dicha obtención? Ésta es la pregunta que debería hacerse Carmen Chacón y no limitarse a decir sin más que afrontamos un ejercicio presupuestario restrictivo.

Corren malos tiempos para la economía y así nos lo han contando en la cumbre del G-20 (la misma en la se humilló públicamente a Zapatero). Pero no sólo allí. El mundo continúa convulso, y en algunos lugares, como Afganistán, Pakistán o República Democrática del Congo, va a peor. Ni siquiera la elección de Obama como próximo presidente de Estados Unidos lo ha pacificado, como más de un ingenuo auguraba. Hoy el mundo es tremendamente inseguro para los intereses españoles.

El planeta está inmerso en una crisis económica profunda –sin olvidar las peculiaridades de cada país– y por lo tanto los Gobiernos disponen de menos dinero para repartir. Como consecuencia, se están viendo forzados a recortar algunas partidas de gasto. ¿Y por qué no reducimos el de Defensa? Eso es en lo primero que piensan muchos Gobiernos europeos, empezando por el español de Zapatero y Chacón.

Es una época difícil para la defensa en España. El proyecto de presupuesto del Ministerio de Defensa para el próximo año contempla una reducción de un 3,9 por ciento respecto a 2008. ¿Cómo gestionarlo de manera eficaz y sacarle la máxima rentabilidad posible? Desde luego no como ha hecho la ministra: su presupuesto no contiene ningún programa nuevo de adquisición de material, congela prácticamente todas las partidas destinadas a apoyo logístico y gastos operativos de las Fuerzas Armadas y desvía buena parte de los fondos a la cuestionada Unidad Militar de Emergencias. La gestión presupuestaria de Chacón no es ni eficaz ni capaz de sacar la máxima rentabilidad a su asignación. Por qué algunos aún la valoran como una buena ministra es un misterio para nosotros.

Por otro lado, parece que nadie en este país va a cuestionar la reducción del presupuesto destinado a Defensa. ¿Quién en su sano juicio va a pedir un incremento de los recursos destinados a este Ministerio en la España de la moderación, el diálogo y el consenso? Sería toda una osadía. Al fin y al cabo, se trata simplemente de la Defensa Nacional y de su instrumento básico y fundamental que son las Fuerzas Armadas, algo demasiado conservador para Gobierno y oposición ¿Para qué preocuparse por sus números?

Pero las cifras sí importan, y más en Defensa: las de las cuentas de los presupuestos, las del número de tropas en Afganistán y las de víctimas en accidentes en BMR o en atentados contra estos blindados. Ni la crisis económica ni el bochorno de Zapartero en el G-20 pueden borrar del mapa todos los problemas de seguridad que hay en el mundo. ¿Cómo vamos a redirigir la estrategia en Afganistán sin más eficacia de las tropas, sin una estandarización de las reglas de enfrentamiento y sin un mayor número de efectivos? Todo esto requiere del dinero de unos sólidos presupuestos de Defensa de unos aliados en crisis, ¿por qué no de España?

¿Qué nivel de seguridad y defensa queremos alcanzar y qué volumen de recursos son necesarios para dicha obtención? Ésta es la pregunta que debería hacerse Carmen Chacón y no limitarse a decir sin más que afrontamos un ejercicio presupuestario restrictivo que además, según la ministra, queda compensado por el hecho de que en la pasada legislatura hubo un crecimiento de las partidas presupuestarias destinadas a Defensa. Lo que se calla la ministra es que si bien hubo una recuperación presupuestaria, ello no evitó que España fuera uno de los países de la Alianza Atlántica que menos porcentaje del PIB destinara a Defensa –por encima sólo de Bélgica, Luxemburgo y Hungría– y con uno de los presupuestos por soldado más bajos.

Y si antes España, comparada con sus aliados, ya destinaba un menor porcentaje de sus recursos a la Defensa, ahora en época de crisis, todavía menos. ¿El resto de países hará lo mismo? Pues no. Zapatero podría observar a nuestra vecina Francia, ahora que Sarkozy se lo lleva de excursión a Washington y le tiene tanto aprecio. Además, la mayoría de los países occidentales parten de una situación presupuestaria más favorable –han asignado a lo largo de los años más recursos a la Defensa– que España, lo que incrementará aún más su peso. Que Chacón tome nota.

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