¿Mantendrá Mariano Rajoy la misma ambición exterior que ha mostrado José María Aznar para España en sus últimos años como Presidente del Gobierno? Hay algunos datos que apuntan que sí. Primero, el recién estrenado candidato del PP ya ha anunciado que mantendrá las políticas básicas desarrolladas en las dos últimas Legislaturas por los sucesivos gobiernos del PP, con mención expresa a la política exterior. Segundo, Mariano Rajoy hizo una de las defensas más sólidas de la actuación del Gobierno en la reciente crisis de Irak. Tercero, la lucha contra el terrorismo ha sido definida por el candidato como una de sus máximas prioridades, y esa lucha tiene un componente externo esencial.
La cuestión es si Rajoy entiende que para poder realizar esa nueva ambición, España necesita un instrumento militar que esté en consonancia con la dimensión política y económica que ha adquirido nuestro país. En este sentido, el candidato debe plantearse impulsar dos procesos paralelos: incrementar el escaso esfuerzo que España ha realizado tradicionalmente en defensa y afrontar una transformación de nuestras Fuerzas Armadas que las permita hacer frente a los nuevos requerimientos estratégicos.
Es obvio que los temas de defensa no son hoy una prioridad política ni resultan rentables electoralmente en nuestro país. No es de extrañar, por tanto, que Rajoy no la haya mencionado entre sus prioridades, como sí ha hecho con la seguridad ciudadana o la inmigración. Tampoco serán abundantes las referencias en la campaña electoral. Es muy posible que Rajoy no desvele sus intenciones políticas sobre este tema hasta que esté instalado en La Moncloa, si es que es elegido por los ciudadanos como parece hoy probable.
Pero Rajoy no debería esperar a sentarse en Moncloa para enviar un mensaje de confianza e ilusión a las Fuerzas Armadas. Los militares se encuentran un tanto desencantados con la actuación del Partido Popular. Consideran que la drástica reducción de efectivos que ha supuesto la profesionalización no se ha visto compensada de forma suficiente con una modernización paralela, y que ha faltado sensibilidad en algunas cuestiones delicadas. Recomponer esa relación con el colectivo militar debería ser un primer paso para el candidato en materia de defensa.
GEES: Grupo de Estudios Estratégicos.
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