Menú
GEES

La hora del realismo

Zapatero exige a ETA que disimule, y ETA le dice que se meta el disimulo por donde le quepa, que si no está dispuesto a tragar, que se prepare. El curso de los acontecimientos prevé un tira y afloja más o menos controlado durante las próximas fechas.

Entre la cascada de comunicados, entrevistas, declaraciones y ruedas de prensa de los últimos días, es necesario una fuerte dosis de realismo para entender qué está ocurriendo en el País Vasco y Navarra con las candidaturas de ETA. Y despejando demagogia y propaganda, el hecho real es solamente uno.

ETA y el Gobierno están de acuerdo en que Batasuna se presente a las elecciones. En ningún momento uno de los dos lo ha dudado, pese a la cortina de humo del Gobierno, esta vez sin Rubalcaba a la cabeza, quizá escarmentado por los papelones que le está tocando representar últimamente. Que ETA, con una careta u otra, estará en las elecciones es algo indudable, salvo descontrol de última hora.

La batalla se juega cara a la opinión pública. El PSOE, de cara al conjunto del pueblo español, trata de que Batasuna se presente haciendo el menor ruido posible, disimuladamente, colándose por algún resquicio legal que excuse su presencia. A eso está jugando el Gobierno en los últimos días. Pero Batasuna no piensa lo mismo. Para los terroristas resulta fundamental presentarse, en voz alta y por la puerta grande con cuantos más rostros conocidos mejor y dejando clara la rendición de ZP. La tensión actual entre ambos no está basada en si se presentarán, sino si lo harán como pretende ETA o como pretende Zapatero.

Ambos están presionando al otro al límite, pero tienen un objetivo común; que ETA vuelva a las instituciones, para que la banda recupere recursos materiales y humanos y para prorrogar el proceso un poco más. Para ello Zapatero exige a ETA que disimule, y ETA le dice que se meta el disimulo por donde le quepa, que si no está dispuesto a tragar, que se prepare. El curso de los acontecimientos prevé un tira y afloja más o menos controlado durante las próximas fechas, salvo que uno de los dos no calibre las fuerzas y se rompa la cuerda que nunca se debió tender. Zapatero no está preparado para que ETA siga matando tan pronto; aún no ha conseguido tapar el doble crimen de la T4 y de ello sigue dependiendo su agenda política. La incógnita es si estratégicamente ETA lo considera viable. Y es que el realismo pacifistoide de uno y el realismo criminal de los otros es insultantemente evidente en este mes de abril. Y así debe entenderse.

En España

    0
    comentarios