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Las FARC atentan contra un exministro de Uribe

Varios de los adictos a Santos y el sindicato de los equidistantes profesionales atribuyen a Uribe o a una fantasmagórica derecha la autoría del atentado para detener el proceso de paz.

El martes 15, los terroristas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), de extrema izquierda, trataron de matar en Bogotá a Fernando Londoño Hoyos, que entre 2002 y 2004 fue ministro de Interior y Justicia en el primer Gobierno de Álvaro Uribe. Un terrorista colocó una bomba-lapa en la puerta del coche blindado en el que iban Londoño y sus escoltas (está probada la presencia de etarras en Colombia para adiestrar a los terroristas de las FARC y los sicarios del jefe narco Pablo Escobar). La explosión causó cinco muertos y docenas de heridos; entre los primeros, los dos escoltas de Londoño y entre los segundos el ‘objetivo’. Londoño, miembro del Partido Conservador, es un duro crítico del presidente Juan Manuel Santos y de las FARC, a través de su programa La Hora de la Verdad, de la Cadena Radial Súper. Precisamente, el atentado se cometió cuando Londoño había salido de la emisora.

El intento de asesinato de Londoño es el último acto de las FARC de una serie de ataques a unidades militares y hasta de secuestro de adolescentes para emplearlos como soldados. Mientras tanto, el Gobierno de Santos y la bancada de parlamentarios que lo apoya han seguido impulsando en el Congreso el llamado Marco Legal para la Paz, que permitiría al presidente conceder beneficios e inmunidades a los miembros de las FARC y otras organizaciones terroristas que declaren su abandono de las armas. Al amparo del Marco para la Paz, que tendrá rango constitucional, quienes han estado secuestrando y asesinando a alcaldes y diputados podrán ser elegibles para cargos públicos. Por obra de una amnistía hoy es alcalde de Bogotá Gustavo Petro, dirigente de la guerrilla M-19.

¿Por qué entonces las FARC cometen estos atentados cuando les debería interesar contenerse al menos durante unas semanas? Por dos razones: la primera, mostrar su fuerza y así persuadir (finalidad principal de todo terrorismo) a muchos colombianos de la conveniencia de pactar con ellas; y la segunda, introducir una cuña entre los colombianos, entre los favorables al Marco para la Paz y los opuestos. Ambos objetivos se han cumplido, ya que el Marco para la Paz prosigue su tramitación y se ha agrandado la distancia entre Uribe y Santos. Así, varios de los adictos a Santos y el sindicato de los equidistantes profesionales atribuyen a Uribe o a una fantasmagórica derecha la autoría del atentado para detener el proceso de paz.

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