Menú
GEES

Ofensiva terrorista

Estos asesinatos se producen en el contexto del debate abierto en la sociedad por los presuntos planes de Bouteflika de llevar adelante una nueva amnistía, cuando la población aún no se ha recuperado de la última.

En uno de los países que más ha sufrido el terrorismo yihadista salafista, Argelia, se viven en los últimos tiempos momentos convulsos en los que crece la alarma social. Por un lado, las concesiones del régimen a los islamistas, en la línea de lo que se viene haciendo también y lamentablemente en otros países del orbe musulmán. Y por otro lado, una cruenta ofensiva de Al Qaeda en las Tierras del Magreb Islámico (AQMI) en las últimas semanas. Ambos obligan a argelinos y no argelinos a posicionarse sobre cuestiones de seguridad que nos afectan a todos.

La lista es vertiginosa. Tras asesinar el 31 de mayo al rehén británico Edwen Dyer, que había sido secuestrado en Níger el pasado 22 de enero, los terroristas vuelven a su habitual método de producir importantes matanzas. El 3 de junio asesinaban a once personas –siete policías y cuatro civiles– en un atentado producido en Taouint Tessemat, en la muy castigada región de la Cabilia, al este de Argel. El 20 de junio, el mismo grupo, muy activo en Argelia tras su nacimiento oficial a principios de 2007 –heredando la macabra veteranía de los terroristas del Grupo Islámico Armado (GIA) y del Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC)–, mataba a un civil y al a menos 18 gendarmes que escoltaban a un grupo de trabajadores chinos.

Este sangriento ataque, producido en Bordj Bou Arraridj, a 200 kilómetros al este de la capital, era reivindicado al día siguiente a través de internet en un comunicado titulado pomposamente "La conquista de los leones del Magreb" en el que reivindicaban haber segado la vida de 24 gendarmes y también otros ataques terroristas: el asesinato de dos policías judiciales en Beni Douala y otras muertes producidas en Djelfa, Tissemsilt y Bordj Ménaël. Dos días después, el 22 de junio, cinco miembros de la Guardia Comunal, cuerpo creado en la década de los noventa junto con los Patriotas y los Grupos de Legítima Defensa (GLD) para ayudar a las fuerzas de seguridad y a los militares a combatir a los entonces muy numerosos y muy osados terroristas, eran asesinados en Chechar en el este del país, en una región limitada por las provincias de Kenchela, Tebessa y Biskra, muy castigadas por los terroristas en años anteriores y donde se hace muy difícil erradicar su presencia. Estos guardias comunales fueron asesinados por degollamiento y dos de ellos secuestrados. Se recuperan así los macabros métodos que hicieron de Argelia un verdadero laboratorio de imposición del terror a la población.

Estos asesinatos se producen además en el contexto del debate abierto en la sociedad por los presuntos planes de Abdelaziz Bouteflika de llevar adelante una nueva amnistía, cuando la población aún no se ha recuperado de la última, la "Carta para la Paz y la Reconciliación Nacional". Ésta, que ha puesto en la calle a miles de terroristas, podría ser ahora completada con una amnistía aún más amplia que se sometería también a referéndum, como se ha hecho con las dos anteriores. Pero que no es seguro que la ciudadanía apoye. Mientras todo esto ocurre diversos medios de comunicación, en papel y electrónicos, permiten al resto del mundo seguir al detalle no sólo las ofensivas del terrorismo y las operaciones antiterroristas sino también animar un debate obligado en clave doméstica pero también, por qué no, internacional, sobre la conveniencia o no de ser generosos con los terroristas. Y eso a los españoles debe importarnos muchísimo.

En Internacional

    0
    comentarios