Un Consejo Europeo decide convocar una "Convención sobre el futuro de Europa" para acercar la Unión a sus ciudadanos y hacer Europa más "transparente", "más democrática" y "más eficaz". Para lograrlo acuerdan un texto cuyo contenido "sustancial" es sometido a referéndum en dos de los Estados miembros fundadores de Europa y sale que "no". ¿Qué sucede? Pues nada, que esta semana el Consejo Europeo va a discutir cómo parir un texto que recoja "la sustancia" del Tratado constitucional, pero lo suficientemente "simplificado" como para que no sea sometido de nuevo a referéndum. ¡Toma transparencia, democracia y eficacia!
Pero aún hay más. Cuando se decidió convocar la Convención se nos dijo que el modelo diplomático de preparar las conferencias Intergubernamentales había demostrado su ineficacia con el Tratado de Niza. Pues bien, la Presidencia alemana ha decidido llevar las actuales negociaciones para preparar el Consejo Europeo de forma secreta a través de los consejeros diplomáticos de los primeros ministros. Ni siquiera el pobre Parlamento Europeo ha protestado por ello. ¿Por qué será?
Pero aún hay más. Estos días hemos visto al "padre" de Europa, Giscard d´Estaing, defender las bondades del Tratado simplificado (ver Le Monde de 15 de junio) cuando ha sido durante tiempo el máximo defensor del Tratado Constitucional. ¡Menuda cintura!
¿Quiere esto decir que el trabajo de la Convención fue inútil? Se nos dice el Tratado simplificado (formula francesa) o el Tratado básico (formula alemana) aspira a recoger el 90% de la esencia de la Constitución y que de sus 400 artículos sólo nos quedaríamos con unos 70. ¡O sea, que había 330 artículos inútiles!
Pero aún hay más. Con tal de llegar a un acuerdo, los principales líderes europeístas y algún que otro tonto útil nos dicen que si el nuevo Tratado no hace referencia a los símbolos de la Unión (bandera e himno), a la primacía del derecho comunitario e incluso a la Carta de Derechos Fundamentales no nos tenemos que preocupar. ¿Por qué? Pues porque la bandera y el himno ya existen y el derecho comunitario ya tiene consagrada su primacía gracias a las decisiones del Tribunal de Justicia. ¡Toma democracia y toma transparencia! Este argumento es lo más próximo a llamar tontos a los ciudadanos europeos. No nos engañemos: la Unión Europea sufre una contradicción terrible respecto a su aspiración "democrática". La construcción europea ha sido un movimiento elitista y eso casa mal con las aspiraciones "democráticas" y transparentes".
El colmo del ridículo, como siempre, le toca al pobre ZP. ¿Qué piensa el presidente español de todo esto? En Polonia ha dicho que hay que escuchar las posiciones polacas con "atención y sensibilidad" (lo peor que le puede pasar a uno es estar representado por un cursi), a Merkel le ha dicho que será "flexible" y cuando Sarkozy le vino a ver ni se inmutó cuando éste le habló de Europa. ¿Qué persigue España en estas negociaciones? Sabemos lo que quieren Polonia, Alemania, Francia, Holanda, etc., pero ¿qué quiere España? ¡Díganos algo!
Menudo regreso al "corazón de Europa". ZP, estás más solo que la una.
