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Una nueva etapa

Mientras Estados Unidos trabaja para establecer democracias y economías abiertas nosotros buscamos acuerdos con los dictadores de este mundo.

La Secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, finaliza su viaje por Europa dejando tras de sí claras muestras de su estilo: discreción, palabras medidas y firmeza. Ni una estridencia. Discursos amables que invitan a superar el pasado y fortalecer la tan traída relación transatlántica. Las partes se necesitan y el mundo será más feliz si somos capaces de colaborar...
 
Detrás de los discursos oficiales y de los gestos cordiales persiste la realidad. Sin la amenaza soviética los europeos no sienten la necesidad del “protectorado” norteamericano y no están dispuestos a aceptar su liderazgo. Sin amenaza soviética Estados Unidos se ha olvidado de Europa para concentrarse en teatros más peligrosos o atractivos, como el Amplio Oriente Medio o el Pacífico. Los europeos no quieren intervenir en asuntos externos a sus fronteras y, ante la amenaza islamista, buscan el pacto, el viejo “apaciguamiento”. Por el contrario, los norteamericanos están listos para actuar y evitar mayores catástrofes.
 
Rice ha venido a restañar algunas heridas, pero convencida de que los cambios habidos en los últimos años son importantes e irreversibles. Europa está en decadencia, no es capaz de reaccionar ante las amenazas que tiene ante si, no quiere colaborar en el combate contra el terrorismo islamista y, en caso de hacerlo, carece de los medios. Europa ha dejado de interesar a Estados Unidos en la medida que lo hacía antes. La nueva diplomacia busca establecer un nuevo marco de entendimiento, mucho menos ambicioso, para canalizar determinadas acciones diplomáticas y, sobre todo, la estrategia para la transformación del Amplio Oriente Medio.
 
Las cabezas están gachas en el Viejo Continente. La revuelta anti-imperial a propósito de Irak ha puesto de manifiesto nuestra debilidad; el comportamiento de los electores de aquel país ha dejado en claro su voluntad de seguir adelante a pesar de las amenazas islamistas y de la escasa colaboración europea; la “resistencia” que combatía al invasor con el beneplácito de millones de ciudadanos del Viejo Continente resultó no ser más que al-Qaeda... Mientras Estados Unidos trabaja para establecer democracias y economías abiertas nosotros buscamos acuerdos con los dictadores de este mundo.
 
Rice vuelve a Estados Unidos dejando sobre la mesa varios dossiers delicados, donde el enfrentamiento es más probable que el acuerdo: China, Irán, Rusia y el Amplio Oriente Medio. En los próximos meses veremos cómo se desarrollan y hasta qué punto es posible restablecer algún tipo de entendimiento transatlántico. En Washington no se hacen muchas ilusiones.

GEES, Grupo de Estudios Estratégicos

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