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Vuelve el dinosaurio a México

Enrique Peña Nieto es la cara amable, joven y moderna del viejo dinosaurio del PRI. Se le reprocha su falta de cultura y su imagen de galán de telenovela, pero es un joven cachorro separado (aparentemente) de las viejas prácticas caciquiles de su partido.

El recuento de los votos en México confirma, esta vez, los pronósticos de las encuestas de los últimos meses. El candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) será presidente durante los próximos seis años, aunque la magnitud de su triunfo (cinco puntos sobre el segundo) es más corta de lo previsto. Enrique Peña Nieto, exgobernador del estado de México y a punto de cumplir 46 años, es la cara amable, joven y moderna del viejo dinosaurio del PRI. Se le reprocha su falta de cultura y su imagen de galán de telenovela, pero es un joven cachorro separado (aparentemente) de las viejas prácticas caciquiles de su partido.

Los factores que han causado la victoria de Peña Nieto son los siguientes: por un lado, la guerra contra el narco declarada por el actual presidente, Felipe Calderón, en diciembre de 2006, y el descontento de los mexicanos después de doce años de Gobiernos de centro-derecha del Partido de Acción Nacional (PAN), que apenas han hecho reformas ni podido desmantelar el Estado corrupto heredado. Por otro lado, el PRI, que tras perder el poder estuvo a punto de desintegrarse por peleas internas (quedó tercero en las presidenciales de 2006, con el 22% de los votos), ha olvidado sus divisiones con tal de volver a Los Pinos. Por último, el miedo al candidato del Partido de la Revolución Democrática (PRD), una especie de Izquierda Unida mexicana, Andrés Manuel López Obrador, ha llevado votos anti PRI a Peña Nieto, como había pedido el primer vencedor del dinosaurio, el expresidente Vicente Fox, del PAN.

Todo esos factores, más los apoyos de la cadena Televisa, han devuelto al PRI el poder que perdió en 2000, después de haberlo ejercido de manera tiránica (elecciones amañadas, corrupción, asesinatos políticos, desaparecidos) desde los años 20. En todo caso, el PRI necesitará la colaboración del PAN para aprobar los presupuestos y las leyes en el Parlamento, así como muchos nombramientos.

Pronto sabremos si el viejo y enfurruñado Tyrannosaurus Rex se ha convertido en Bambi.

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