Menú
GEES

Unidad contra el terrorismo

Si una virtud han tenido los ocho años de zapaterismo es mostrar con claridad que desde hace años los españoles hemos vivido una ficción, la de la unidad en la lucha antiterrorista.

Si una virtud han tenido los ocho años de zapaterismo es mostrar con claridad que desde hace años los españoles hemos vivido una ficción, la de la unidad en la lucha antiterrorista. Desde luego, a todos los españoles de bien, a derecha e izquierda, en el PP y en el PSOE, les espantan los horrendos crímenes de ETA. Y por descontado, socialistas y populares convienen en que lo mejor sería que ETA no existiese. Pero nos tememos que no es esa la cuestión.

Más allá de constatar el horroroso problema etarra, es ya claro y evidente que PP y PSOE ofrecen dos soluciones opuestas para el terrorismo. Los populares defienden la derrota total y sin contemplaciones de ETA, la detención de sus comandos, la desarticulación de su estructura, las penas máximas para sus miembros y la deslegitimación de sus objetivos. El PSOE, por el contrario, cree en la negociación y el acuerdo político y social, la inserción y beneficios para los etarras, y ve legítimas las pretensiones ideológicas. En fin: unos quieren acabar con ETA; los otros acabar con las condiciones que hacen que ETA mate.

No juzgaremos moralmente la preferencia socialista, ni siquiera su viabilidad: sólo constatamos que Rubalcaba, Bono, Zapatero o Caamaño tienen una actitud hacia ETA esencialmente distinta a la de Mayor Oreja, Acebes, Rajoy y Aznar. Como éstos la tenían respecto a Felipe González. No nos engañemos y aceptemos la realidad tal y como es y no tal y como quisiésemos que fuese: no hay acuerdo fundamental sobre qué hacer con ETA.

Pero PP y PSOE hacen como si hubiese acuerdo y el Pacto Antiterrorista siguiese vigente, sabiendo ambos como saben que estando en el Gobierno sus políticas son opuestas. Cometen así un fraude a los ciudadanos, al esconder diferencias de fondo, disimularlas o atenuarlas sólo porque no quieren ser ellos los que certifiquen que el Pacto es papel mojado.

Este empeño en mantener la ficción sobre la unidad tiene un efecto secundario muy nocivo: la aparente unidad hurta a la opinión pública un debate que es fundamental y que no se le puede arrebatar. Si se discute abiertamente por aspectos menos importantes como las pensiones o el mercado laboral, ¿por qué esto, más importante, no? Las abismales diferencias no se pueden dirimir en timbas clandestinas entre Rubalcaba y Trillo, sino ante la opinión pública.

La lucha contra el terrorismo debe ser objeto de discusión política abierta. A la hora de ir a las urnas, a los españoles les debe quedar claro que con un Gobierno se derrotará a ETA y con otro se pactará con ella. Ya que las diferencias están ahí y seguirán estándolo el 22-M y en 2012, a menos que sean los españoles los que decidan qué quieren hacer respecto a la banda.

En España

    0
    comentarios