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Germán Yanke

Arzalluz como propietario

Xabier Arzalluz celebra de nuevo el domingo rodeado de sus fieles. Anótese, sin embargo, que los fieles de Derio no son todos los de siempre, que, a muchos de sus correligionarios, cada vez les cuesta más jalear las prédicas dominicales del presidente del PNV. Fidelidad al partido, sí, parecen decirse los escondidos, pero, al menos ahora, ern silencio, con discreción. No está mal como síntoma.

Xabier Arzalluz, de todos modos, no se desalienta y mantiene el enloquecido discurso de los últimos tiempos, es decir, el camino para llevar al PNV al desastre, que es de lo que se quieren esconder muchos de sus militantes. Elecciones, al final de la legislatura. Las críticas de Aznar, ofensas al "pueblo vasco". Los socialistas, cobardicas que no quieren seguir sus pasos. Traduzcamos: concepción patrimonialista no sólo de las instituciones, sino de la sociedad vasca. Si ya no es propietario de una doctrina lógica lo quiere seguir siendo del país entero. Quien se aleja, se condena. Salvo EH, claro, que se ha convertido "ahora" en enemigo del nacionalismo aunque -el absurdo intelectual es ya agotador- hay que negociar con ella una salida porque la violencia (y con ella la enemistad con el nacionalismo) surge de un conflicto político.

Es todo tan imbécil que, si no hubiera muertos, daría lugar a los chistes más suculentos. Pero también era tan imbécil el nazismo.