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Germán Yanke

Ismos moderados

La gran baza de Piqué, dicen los expertos, es el “catalanismo moderado”. Es la gran recomendación, la que vale en cualquier lugar, la gran pócima. La verdad es que uno no se imagina al Partido Socialdemócrata de Alemania o a los laboristas y conservadores en el Reino Unido presentándose a las elecciones con un programa tan triunfador: “alemanismo moderado”, “britanismo moderado”.

Si no lo es, es porque, en países normales, los programas, mejores o peores, son ideológicos y no ponen en revisión las cuestiones nacionales. “Catalanismo” debe ser distinto de “catalán”, como si lo catalán interesara de una manera peculiar, que sólo es dable allí mismo, algo autonómico, medio nacionalista, ya que nadie piensa a estas alturas que se puede presentar a las elecciones con un “españolismo moderado”. EnEspaña hay que presentar proyectos, ideas, programas. En las nacionalidades, ismos. Quizá a alguno le suene esto seductor,pero la experiencia nos muestra que el catalanismo, como el vasquismo o el galleguismo, es una suerte de estado carencial, en el que hay que pedir siempre algo al Estado o al Gobierno, reclamar para evitar responsabilidades, echar la culpa de los problemas a la falta de entendimiento. Por eso hay que serlo moderadamente, sin pasarse, sin el radicalismo de otros.

Parece que, con estas técnicas, uno se sitúa en el paisaje catalán, se integra en él. No es de extrañar, porque no es modo de integrarse en la ciudadanía catalana, que es lo que uno esperaría encontrarse allí. La ciudadanía no sirve en estas elecciones porque es, en todo caso, catalana, no catalanista. El concurso es para enfermizos, para imitadores de Pujol. Cada uno con su estilo, claro, pero todos catalanistas.


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