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Germán Yanke

La investigación de Simancas

Hay que reconocer que el candidato Simancas se toma las cosas a pecho y es constante. Lo ha sido hasta este mismo viernes en su empeño porque no hubiera comisión de investigación en la Asamblea de Madrid. Lo intentó, primero, con una lista de comparecientes absurda, como si se tratara de hacer una suerte de “causa general” contra el PP en vez de investigar por qué demonios Tamayo y Sáez se fueron de su endeble (arquitectónicamente endeble, digamos) casa. Esperanza Aguirre y los suyos respondieron, a mi juicio, con excesiva educación y, para compensar la astracanada de Simancas no pidieron la presencia en la comisión de los señores Zapatero, Blanco, Leguina, González y demás. Después, con la táctica de la dilación y el acuerdo, a la que el PP se acomodó con paciencia infinita. Luego, votando en contra de la misma. Y parece que este viernes pensaba hacer lo mismo, incluso en contra del criterio (leve, como casi todo lo suyo) del secretario general del PSOE.

Izquierda Unida, al final, y por un criterio meramente pragmático, decidió abstenerse, alegando que los ciudadanos no entenderían que no hubiera comisión y que, aunque no le gusta la “diseñada” por el PP, quizá se pueda saber una cuarta parte de lo que movió a los señores Tamayo y Sáez a fugarse temporalmente de la Asamblea. Rafael Simancas, por lo que se ve, no quería ni que se averiguase ese veinticinco por cierto de la verdad.

En este asunto, ni un argumento válido tiene el PSOE contra el PP, a pesar de ser esa su estrategia hasta hoy, como se ha visto en las comparecencias públicas, en los debates parlamentarios y en las querellas presentadas en los tribunales. Para no mirar hacia dentro, los socialistas madrileños se han negado a la comisión de investigación con una constancia digna de mejor causa, aunque uno entiende la que han elegido: tratar de que no se sepa nada. Se oye decir que su empeño era negociar con los disidentes a cambio de un Gobierno sin Rafael Simancas o, en todo caso, quiza de unas nueva lista, encabezada por vaya usted a saber quién. Yo creo al señor Zapatero cuando dice que ese no es el objetivo porque, a la vista de la actuación de unos y otros, parece evidente que el fundamental y primordial era que no se supiera nada de lo que en realidad hay en el seno de la Federación Socialista Madrileña.

Ahora es, quizá, un poco distinto. Ahora parece haberse optado por que se sepa un poco como mal menor ante la posibilidad de que la negativa del señor Simancas a la investigación –tan reiterada– implicase, de un lado, el crecimiento de la disidencia y, de otro, la deblacle del socialismo madrileño, con o sin elecciones. Quien quiera sacar al candidato Simancas de la lista ahora no sabe de estrategia. Ahora no toca, como dice el presidente. Ya se verá, es decir, ya veremos lo que se termina sabiendo y obrarán en consecuencia. Para el PSOE es un mal menor, ya lo he dicho, pero la alternativa es catastrófica.

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