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Germán Yanke

Nazis en la calle

Los últimos representantes del nazismo europeo se pasean por la calle tranquilamente. Esta vez en Bilbao, su estética antidemocrática y etnicista nos recuerda que el totalitarismo no es un peligro lejano, lo tenemos ahí, demasiado cerca, levantando las manos amenazantes, despreciando la vida y la libertad de los ciudadanos, atacando con saña a los discrepantes.

Un espectáculo indigno y lacerante que es posible no sólo porque hay nazis revestidos de Izquierda Abertzale (lo que habría hecho las delicias de Hitler, por cierto), sino porque la enfermedad moral del País Vasco alcanza a sus actuales gobernantes, la coalición de nacionalistas y comunistas. Son ellos los que permiten que los nazis estén en la calle y mezclen las amenazas con las frases del comuno-fascismo imperante en el País Vasco, son los que quieren seguir financiando el terrorismo para poder pedirle después que se sume a la ofensiva independentista, son los que se colocan del lado de los asesinos y desprecian a las víctimas, son los que se ciscan en los derechos humanos y en las libertades.

Hay nazis en la calle, es cierto, pero hay muchos más (nazis y colaboracionistas) en los despachos. Los partidos políticos españoles pueden contemplarlo como quien mira lo que ocurre en Costa de Marfil o pueden reparar, con un espanto que debe llevar a la acción, en que en una parte de España, aquí mismo, los nazis están en la calle. Lo anoto porque ya no vale con denunciar y decir que no se quiere nada con ellos. Pero qué digo, si uno de esos partidos acaba de votar con los nazis para quitar las comisiones parlamentarias al otro...

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