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Germán Yanke

Otro aficionado a la Teoría Constitucional

Si Pérez Touriño habla, como ha hecho este jueves en el Club Siglo XXI, de "federalismo multinacional", mezcla la organización del Estado con esa filosofía bananera que se ha impuesto entre nosotros y que consiste en ver lo que nadie es capaz de explicar -naciones- en cada rincón de España.

Si además explica su federalismo como "no unitario sino cultural e institucionalmente asimétrico, pero solidario y cohesionado" el asunto ya se desparrama más allá de lo razonable porque, con esos mimbres, es imposible organizar un Estado.

Pérez Touriño, secretario general de los socialistas gallegos, padece el síndrome Maragall, es decir, el convencimiento de que no se es nada sin la murga de la reivindicación nacional y el esbozo de una teoría constitucional que no haya aparecido antes en los manuales. Paradójicamente, se muestra como adversario de los nacionalismos, que obtendrían un "sobrepeso político" si no se aplican sus reformas, cuando su partido tiene ya pactos con los nacionalistas "ambiguos y fluctuantes" que han suscrito la Declaración de Barcelona. Su enfrentamiento con el alcalde Vázquez tiene mucho, en este sentido, de la ruralización de todos estos experimentos "nacionales" en contra del carácter cosmopolita de las ciudades, más apegadas a la libertad y la eficacia que la aldeana afición al Derecho Constitucional de nuevo cuño.

Si propusiera, por el contrario, algo para que Galicia sea más libre y más próspera, quizá obtuviera algún respaldo...