Gallardón, anunciado como invencible candidato a la alcaldía de Madrid (y confirmado así por el momento), tiene una muy particular concepción de la dignidad política. Se ausenta del salón de plenos de la Asamblea de Madrid, junto a los diputados socialistas y comunistas, cuando habla el portavoz del Grupo Mixto, y calla. ¿Por qué se ausenta? ¿Sabe algo de los señores Tamayo y Sáez, algo que incluso no haya podido relatar el PSOE, que le lleve a no escucharles? En ese caso debería decirlo, denunciarlo en sede parlamentaria o en los tribunales. Si sabe lo que los demás sabemos (nada probado, una acumulación de hechos que no son delictivos que, por arte de Simancas, se convierte en delito), ¿por qué el presidente en funciones del Gobierno de Madrid se niega a escuchar a un grupo parlamentario?
Pero Gallardón debería tomar nota de que, en la maraña demagógica y chulesca del PSOE, se dispara contra su gestión y se acusa a su Gobierno de intentar un plan A en la noche electoral para desbancar el triunfo de la izquierda (de la suma de PSOE e IU) que, por no haber salido, se convierte en el plan B (Tamayo y Sáez), que es, ya digo que sin pruebas, comprar a esos diputados con la ayuda de corruptores inmobiliarios beneficiados por su Ejecutivo. Todo eso, para atacar, con una actitud inmoral que produce vergüenza, a su partido, el PP.
¿Por qué no abre la boca? ¿Por qué no apoya a los miembros de su Gobierno insultados sin documentos ni pruebas? ¿Por qué tiene que ser la señora Aguirre la que defienda su gestión, a su viceconsejera encargada del escrutinio electoral, a su director general del Suelo (acusado falsamente con una vulgaridad de trilero por Simancas), a sus consejeros vinculados a la Vivienda o a las Obras Públicas? ¿Por qué no se oye su voz política en ayuda de su partido, al que se quiere convertir en una diana para ocultar las mafias que han saltado de la Federación Socialista Madrileña?
Si quiere seguir callando, si quiere seguir ausentándose, si no puede resistir lo que pasa y actuar en consecuencia, lo mejor es que dimita como presidente de la comunidad autónoma.
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