Menú
Germán Yanke

Zapatero imita (mal) a Villepin

A los socialistas españoles les gusta M. de Villepin más que el socialdemócrata Schroeder, que debe ser mal ejemplo para su programa. El ministro de Asuntos Exteriores de M. Chirac (presidente y jefe de Gobierno, asistido por el primer ministro para asuntos menores) tiene el tono ampuloso que los de Zapatero creen útil para zaherir a José María Aznar y, con adornos retóricos y dulzones, se deja llevar por las generalidades y los mitos. Oh, la paz, los principios, las convicciones, las excelsas tradiciones. Todo como si no existiera Sadam Husein, ni hubiera resultado inútil el trabajo de los inspectores, ni llevaran los franceses años y años negociando suculentos contratos con esa y tantas otras tiranías. Pero a los socialistas españoles les gusta M. de Villepin.

Les gusta tanto que Zapatero reaccionó al primer ataque aliado en Irak imitando al ministro francés. Casi parece que ensaya sus gestos antes de colocarse delante de la prensa o en la tribuna de oradores del Congreso. Oh, la paz, los principios, las convicciones, la poesía. Tonos dramáticos, días de una negrura nunca antes vista, muertes inocentes, agresiones imperiales. Todo como si no existiera Sadam, ni hubiera resultado inútil el trabajo de los inspectores... Pero Zapatero le imita mal y con exceso, se queda en la caricatura. Al líder socialista no le va la ampulosidad y tampoco dispone de una retórica que oculte la vaciedad. Todo queda, por tanto, rancio, sin emoción, como si el Gobierno socialista no hubiera llevado soldados de reemplazo al mismo escenario bélico que ahora contemplamos en las pantallas de televisión, como si no hubiera dicho hace apenas unos días que él, el imitador de M. de Villepin, se pasaba por el arco de triunfo las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, que ahora invoca, si este respaldaba una intervención militar en Irak.

¿Se imaginan al hábil ministro francés reclamando la verdad y la razón junto a Le Pen? No, claro. Su imitador busca el apoyo de toda la Cámara, incluyendo en su ropaje a los que, día a día, comprometen la libertad de los españoles. Quiere dejar a Aznar "solo". Vale, pero nunca le he visto pretendiendo dejar solo a Sadam Husein.

En España

    0
    comentarios