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Guillermo Dupuy

El juicio y la candidatura de Otegi

Aunque habrá que vigilar al Gobierno de Rajoy, espero no volver a presenciar tan prevaricadora estupidez como para pensar que Otegi se podrá presentar de candidato a lehendakari. Y de presenciarla espero que nadie la excuse acusando a ETA de hacer trampas

Ya he señalado en un artículo anterior lo absurdo y ficticio que me parece plantear discrepancias entre ETA y Arnaldo Otegi mientras la banda terrorista mantenga su estratégico "alto el fuego" y el batasuno siga sin condenar ni pedir la inmediata disolución de la organización terrorista. Ha bastado, sin embargo, que el batasuno dijera durante el juicio por el caso Bateragune que la "estrategia militar" "estorba y sobra" para que muchos olviden la cantidad de veces que la banda terrorista también lo ha considerado así, cada vez que ha declarado treguas, ya fuesen territoriales, para no "entorpecer", por ejemplo, el estatuto soberanista en Cataluña, o treguas generales como la de ahora o las destinadas a no "estorbar" durante el estatuto de Guernika o desarrollar lo pactado en Estella. La historia de ETA es también la historia de las muchas veces que la organización terrorista ha considerado que la violencia podría entorpecer u obstaculizar temporalmente la consecución de los objetivos por los que ha practicado la "lucha armada".

No se acaba aquí, sin embargo, mi sensación de farsa ante el caso Bateragune que trata de enjuiciar a Otegi y sus compinches por intentar reconstruir el brazo político de ETA, algo que la banda terrorista ha conseguido, no con Bateragune, sino con Bildu y con el visto bueno del Tribunal Constitucional. ¿Qué valor otorgar a la petición de 10 años de cárcel que reclama el fiscal, cuando este pertenece jerárquicamente a la misma Fiscalía General del Estado que consideró probado que los proetarras han burlado la ilegalización de Batasuna a través de Bildu?

Para colmo, el tribunal de la Audiencia Nacional que enjuicia a los batasunos lo preside Ángela Murillo, la misma juez que juzgó y condenó a Otegi a dos años de cárcel por enaltecer a ETA durante el homenaje al preso de la banda, José María Sagarduy "Gatza". El Supremo, sin embargo, anuló el juicio y ha obligado a repetirlo con la impresentable excusa de que Murillo no tuvo, durante el juicio, la necesaria imparcialidad por responder con un "ya lo sabía" a la negativa de Otegi a condenar la violencia. Así las cosas, no me extrañaría nada que ahora, en caso de condena por el caso Bateragune, los abogados defensores de los batasunos recurrieran también la sentencia alegando esa "falta de imparcialidad" de la magistrada. Eso, sin olvidarnos de la repugnante sentencia de legalización de Bildu por parte de los magistrados "progresistas" del Constitucional, cuyas consecuencias van más allá del hecho de que Otegi pueda vanagloriarse de que "empezamos siendo cuatro o cinco y ya somos 313.000".

Con todo, no iría yo tan lejos como ha ido recientemente Mayor Oreja al asegurar que veremos a Otegi como candidato a lehendakari en las próximas elecciones autonómicas. Y eso por dos razones: la primera, porque, si bien todo este anestesiante y silenciado "proceso de paz" en el que estamos inmersos apunta hacia la futura impunidad de quien Zapatero ya calificó de "hombre de paz", el Gobierno necesita, por otra parte, llevarlo de manera encubierta, sin caras tan conocidas como Otegi, cuya condena por Bateragune bien puede venir a encubrir la condescendencia con Bildu. Pero es que aun en caso de absolución de Otegi por este asunto, al proetarra aun le quedaría pendiente la repetición del juicio por el enaltecimiento a ETA durante el homenaje a Sagarduy. A ello hay que sumar la vista oral por la supuesta financiación de la organización terrorista a través de las herriko tabernas, sin fecha todavía fijada.

Teniendo en cuenta que las próximas elecciones autonómicas son en 2013, muchos son los obstáculos que se le tendrán que levantar a Otegi de aquí hasta entonces y bajo un Gobierno que ya estará presidido por Rajoy. Es verdad que, bajo un Ejecutivo del PP, y en unos tiempos en los que ETA también consideraba que la "estrategia militar" "entorpecía y estorbaba" lo pactado en Estella, recuerdo ver salir excarcelada a la mesa nacional de HB. En esos tiempos en los que, al igual que ahora, ETA consideraba que su actividad criminal podía "entorpecer", también vi a un presidente del Gobierno autorizar "contactos con el MLNV"; recuerdo a Aznar y a Iturgaiz (sí a Aznar y a Iturgaiz) pedir "generosidad" a las víctimas del terrorismo. Más recientemente he leído a los etarras vanagloriarse de lo mucho que ha favorecido su estrategia de "alto el fuego" para hacer avanzar el proceso nacional en Cataluña. Aunque habrá que vigilar al Gobierno de Rajoy, espero no volver a presenciar tan prevaricadora estupidez como para pensar que Otegi se presentará de candidato a lehendakari en 2013. Y, en tal caso, espero que ningún futuro ministro del Interior encubra esa estupidez culpando a los criminales de hacernos trampas.

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