Menú
Guillermo Dupuy

Hay que despeneuvizar a Patxi López

Para acabar con esa patrimonialización que el PNV ha hecho de las instituciones, será necesario lo que el socialista Ares ha calificado despectivamente como una "purga", y que no es otra cosa que una imprescindible regeneración democrática.

Basagoiti, Iturgaiz, Quiroga. Hasta el mismísimo Rajoy ha salido a la palestra para hacerse eco de la noticia publicada por el diario El Mundo sobre las reuniones que altos mandos de la Ertzaintza, nombrados en su día a dedo por los nacionalistas, habrían tenido con sus subordinados para tener informado al PNV de lo que ocurra en el seno de la policía autonómica e incluso entorpecer desde dentro la labor del Gobierno de Patxi López.

Si Basagoiti ha pedido una investigación, "mano dura" y que pongan de "patitas en la calle" a quienes puedan estar implicados, a Iturgaiz "no le extraña" que maniobras como esta se den, no sólo en la Ertzaintza, sino también en la televisión pública, en la sanidad o en la universidad del País Vasco. La presidenta del Parlamento Vasco, la popular Arantza Quiroga, que al igual que los anteriores ha dejado claro que "dentro del cuerpo hay personas profesionales que están dispuestas a cumplir con sus obligaciones", también ha manifestado, sin embargo, su falta de sorpresa por la noticia, "después de 30 años con un gobierno del mismo partido". Finalmente, Rajoy ha asegurado que apoyará al Ejecutivo de Patxi López "en cualquier decisión que sirva para demostrar que la policía está para defender el interés general de todos los ciudadanos".

El problema, no obstante, está en que quienes no han hecho la menor declaración al respecto han sido los socialistas, a pesar de ser las víctimas de este supuesto complot. Patxi López, quien no hay día en que no reitere su oferta de diálogo y acuerdo con los nacionalistas –jornada de la Copa del Rey, incluida–, no ha hecho –al igual que Zapatero– el más mínimo comentario. Es más, el nuevo consejero de Interior del Gobierno vasco, Rodolfo Ares, ha salido en defensa de la Ertzaintza, a pesar de que la noticia de El Mundo no cuestiona, en realidad, la profesionalidad de los agentes, sino sólo la de algunos altos mandos nombrados por el PNV. Ares, sin embargo, ha despachado el asunto con un "no tengo ninguna información al respecto", que más bien ha sonado a un nulo interés por llegar a tenerla. Eso sí, ha dejado claro que su Gobierno no tiene la menor intención de hacer ninguna "purga", sino sólo de introducir "cambios para que la Ertzaintza también detenga a terroristas".

Ojala que, a pesar de la nula indignación o preocupación que parece les ha provocado esta noticia, los socialistas no sólo hagan cambios para implicar a la Ertzaintza en la lucha contra el terrorismo, sino también para acabar con esa patrimonialización que el PNV ha hecho –y pretende seguir haciendo– de las instituciones. Para ambas cosas será necesaria lo que despectivamente el socialista Ares ha calificado como una "purga" y que no es otra cosa que una imprescindible regeneración democrática, después de que una formación separatista como el PNV haya estado ostentando en el País Vasco un poder omnímodo durante más de treinta años.

El problema está en que Patxi López ni siquiera oculta las ganas que tiene de que al PNV se le pase el berrinche de perder la Lehendakaritza para llegar a acuerdos, como a los que de hecho habría llegado en el caso de haber superado en votos a los nacionalistas o si estos le hubieran cedido la presidencia del Gobierno vasco a pesar de los resultados. El problema está en que, después de decir "una y mil veces que no vamos a buscar acuerdos con un Partido Popular que sólo sabe hacer en Euskadi antinacionalismo y antisocialismo" –tal y como dijo el pasado 23 de febrero en Basauri, durante la campaña electoral– Patxi López nos dice ahora, una y mil veces, que no renuncia a "hacer país con el PNV".

No quiero perder las esperanzas que para la libertad y la regeneración democrática en el País Vasco tiene el desalojo del PNV. Pero esa esperanza no puede tener toda la consistencia mientras López y Zapatero no borren de su horizonte la posibilidad de volver a tener como aliados a los nacionalistas.

En España

    0
    comentarios